5 de julio de 2017
Bogotá.- El Estado de derecho en Venezuela es un «débil cascaron que también empieza a resquebrajarse», una situación que se debe seguir denunciando, aseguró hoy el diario El Tiempo en un editorial.
«Cuantas veces sea necesario, habrá que dedicar estos renglones para decir que lo que está sucediendo en Venezuela no es aceptable desde ningún punto de vista», señaló el editorial del influyente periódico de Colombia.
El pueblo venezolano «se merece algo mucho mejor que el actual estado de cosas, ese en el cual del Estado de derecho no quedan sino unas leves formas, un débil cascarón que también empieza a resquebrajarse», señaló.
«Y sin estructura –y cada vez más sin fachada–, lo natural, como en efecto ocurre, es que lo demás también se desmorone. Que todo cuanto se había construido en torno al régimen político, comenzando por la economía, implosione», apuntó.
El presidente Nicolás Maduro «está decretando un nuevo aumento del salario mínimo por tercera vez en el año, como quien receta un analgésico a un paciente que pide a gritos ser internado en la unidad de cuidados intensivos. Dicha alza del 50 por ciento, en un contexto en el cual la inflación, según ha estimado el Fondo Monetario Internacional, será al terminar el año del 720 por ciento».
«Ahí está la arremetida del Ejecutivo contra la fiscal general, Luisa Ortega. Esta es una prueba fehaciente de que ya ni siquiera hay interés en cuidar las formas», de acuerdo con el diario.
«En una jugada que parece más desesperada que fríamente calculada, la oposición, desde su trinchera de la Asamblea Nacional, ha anunciado la convocatoria a un plebiscito para el próximo 16 de julio, antes de las elecciones para la asamblea constituyente que contra viento y marea se propone llevar a cabo Nicolás Maduro», comentó.
Agregó que «de superar los innumerables obstáculos de toda índole que supone el montaje de una elección con tan escasa antelación, esta tendría el propósito de preguntarle al pueblo si está de acuerdo o no con tal iniciativa. Sería esta una consulta que, tal y como fue presentada, parece más idónea para saber qué piensa la gente que la del oficialismo, cuyas reglas de juego impiden que se imponga el sentir de la mayoría».
«Que un pueblo pueda decidir sobre su futuro. Es eso y nada más lo que se pide. Pero a la luz de la tozudez de Nicolás Maduro, parece ser pedir demasiado», concluyó.