24 Julio de 2021
México.- Machu Picchu celebró los 110 años de su salto mundial a la fama, gracias al estadounidense Hiram Bingham, quien difundió al resto del mundo la existencia de este tesoro arquitectónico de los incas, convertido en la joya turística de Perú y una de las siete maravillas modernas.
Fue el 24 de julio de 1911 cuando Bingham llegó por primera vez a Machu Picchu, que pese a estar cubierta por la maleza, pudo entender la enorme importancia de los restos arqueológicos que tenía frente a sus ojos y la necesidad de ponerlos en valor y dar a conocerlos a nivel internacional.
Sin embargo, no se puede decir que Bingham haya descubierto Machu Picchu.
«Machu Picchu nunca fue descubierta porque nunca estuvo perdida. Siempre hubo gente en la zona. Tenemos evidencias de un alemán, Augusto Berns, que subió en la década de 1870, y el peruano Agustín Lizárraga en 1902», apunta el director del parque arqueológico, José Bastante.
El estadounidense fue el primero que tuvo un interés científico en Machu Picchu, al preocuparse en tomar fotografías y hacer mapas del lugar, así como en otros monumentos de la zona.
«Por eso reconocemos a Bingham como su ´descubridor científico´, porque enseña Machu Picchu a occidente y dedica gran parte de su vida a escribir sobre la ciudadela, los incas y otros temas», señala Bastante.
Por su ubicación en lo alto de una escarpada montaña, rodeada de grandes desniveles, cañones y vegetación selvática en la región de Cusco, Machu Picchu es una obra maestra de arte, arquitectura e ingeniería en perfecta armonía con la naturaleza y resulta el legado más importante de la civilización inca a la humanidad.
En 1983 fue declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad y en 2007 fue escogida como una de las siete maravillas del mundo moderno, junto a la pirámide maya de Chichén Itzá, el coliseo romano, y el Taj Mahal, entre otros monumentos.