20 Diciembre 2021
México.- En febrero de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a todas las oficinas del gobierno de México que entregaran al Archivo General de la Nación (AGN) los expedientes históricos pendientes sobre violaciones a derechos humanos, persecuciones políticas y corrupción, aunque hizo hincapié en que sobre todo lo hiciera la agencia de inteligencia, a la que el mandatario siempre ha señalado de haber sido usada en el pasado para perseguir a rivales políticos.
Casi tres años después, sin embargo, la entrega de información ha sido mínima, según una revisión de The Associated Press.
Hasta ahora, la única oficina gubernamental que ha respondido a la orden del presidente es el llamado Centro Nacional de Inteligencia (CNI), aunque con un solo expediente: el del homicidio en 1984 del periodista mexicano Manuel Buendía, quien entonces era uno de los más conocidos y respetados columnistas del país. El asesinato es uno de los casos más importantes de los ataques contra la prensa en el país y las autoridades concluyeron que el autor intelectual fue José Antonio Zorrilla, entonces titular de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la «policía secreta» que operó entre 1947 y 1985 y que fue el antecedente de la actual agencia de inteligencia.
El CNI entregó al AGN el expediente del caso Buendía, junto con fotografías y negativos.
La orden presidencial —publicada el 28 de febrero de 2019— y sus lineamientos establecen los tiempos en que el CNI debe mandar al AGN paquetes documentales: en 2020, se debieron enviar los documentos de 1986 a 1990; en 2021, los de 1991 a 1995; en 2022, los de 1996 a 2000 y, en 2023, los de 2001 a 2004.
El AGN, a través de una respuesta de transparencia y luego confirmado por su área de prensa, informó a The Associated Press que el expediente de Buendía es el único que el CNI les ha enviado. El archivo también aclaró que ninguna otra dependencia pública había entregada nada.
«Hasta el momento se ha mantenido cooperación con el CNI, quien el 28 de septiembre de 2020 entregó al AGN una caja con 10 legajos que contienen material relacionado con homicidios de periodistas, de los años 1987 a 1990», respondió el Archivo vía correo electrónico. Se refiere, según explicó en el mismo correo, al expediente Buendía, el cual se integra por 816 fojas más 315 negativos y 6 fotografías.
En 2002, México vivió un proceso similar, pero con mayor apertura: el entonces presidente Vicente Fox ordenó que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), como entonces se llamaba el CNI, entregara al AGN un total de 4.223 cajas, con cerca de 58.302 expedientes históricos sobre represión y espionaje, correspondientes al periodo 1947-1985. Esos documentos fueron creados en su mayoría por la extinta DFS y todos fueron enviados al archivo.
López Obrador ha insistido en que uno de los objetivos de su gobierno es abrir a la ciudadanía los expedientes de inteligencia y espionaje político, sobre de la «guerra sucia», como se le conoce al periodo de la represión de movimientos políticos y sociales entre las décadas de 1960 y 1980. El tema es en parte personal para el presidente: la DFS elaboró entre 1979 y 1983 reportes sobre él, los cuales ya están disponibles al público.
«Nos siguieron siempre, nos espiaron siempre, en la casa por los teléfonos a toda la familia, a todo el círculo cercano, pues es una práctica de gobiernos autoritarios, nosotros padecimos eso. Por eso desapareció el CISEN, fue de las primeras cosas que planteé, y que no íbamos a espiar a nadie», dijo el 23 de julio pasado en una de sus tradicionales conferencias matutinas.