25 de junio de 2018
México.- El escritor y diplomático Alfonso Reyes fue el gran renovador de la prosa hispanoamericana, afirmó el poeta y experto en la obra del autor regiomontano, Adolfo Castañón, quien acaba de publicar el libro especializado “Alfonso Reyes en una nuez”, editado por El Colegio Nacional.
Entrevistado por Notimex con motivo de la publicación del volumen de casi 400 páginas, una guía para navegar por la obra del también diplomático nacido en 1889 y fallecido en 1959, señaló que Reyes ocupó junto con Jorge Luis Borges y Pedro Henríquez Ureña el lugar que en su momento tuvieron Rubén Darío y Amado Nervo, como renovadores de las letras.
Lo anterior se debe a que conoció diversos universos, como lo son el helenismo o la filología y la historia de la literatura española, lo mismo que de la mexicana, y a todo ello le dio una altura propia a través de su prosa, subrayó.
“Es el gran enciclopedista y polígrafo que sintetizó a lo largo de su obra el conocimiento de la ciencia, de las humanidades, de la política, de la literatura, de la poesía, y que dio testimonio de ello”, resaltó el también ensayista, editor y crítico literario mexicano, miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua.
Pero su trabajo literario también es importante no sólo por lo que escribe, sino porque cuenta lo que sucede mientras lo hace, su situación y circunstancia, es decir permite saber lo que pasaba donde estuvo, fuera México, Buenos Aires, Madrid o París, sin perder de su horizonte la circunstancia mexicana.
Reyes entró muy profundamente al alma mexicana, a la hispanoamericana, entrar a su obra es conocer un México que está presente pero también está por descubrirse, aseguró Castañón, quien confió en que su libro será no una llave sino es un llavero para entrar en ella.
Al aseverar que a la obra de Reyes hay que visitarla periódicamente, recordó que él fue muy generoso, apoyó a otros escritores, pero además sacrificó parte de su obra, de su tiempo, para crear instituciones, como la Casa de España, hoy El Colegio de México, o El Colegio Nacional, cuyo primer reglamento escribió con su puño y letra.
Su casa entre 1939, cuando regresa a México, y 1959, cuando fallece, estaba abierta a todos, fue una fuente del saber, por donde pasaron no solo los escritores mexicanos, sino también los hispanoamericanos, franceses, ingleses y de otras nacionalidades, y que hoy es la Capilla Alfonsina.
Empezó siendo una ayuda para él mismo; primero elaboró un índice de los tomos de las obras de Alfonso Reyes y luego de los nombres de otros autores y/u obras que aparecen en sus textos. El objetivo, “poder dominar la obra de Alfonso Reyes”, como una guía para navegar por la obra del escritor, diplomático y mentor mexicano.
De este trabajo “casero” se ha servido para abordar la obra completa de Reyes, incluido su diario, para sus estudios, sus textos y de lo que este año ha publicado tres libros este año, incluido el presente y el de la correspondencia con Pedro Henríquez Ureña 1914-1934, pues “uno de mis derroteros de vida tiene que ver con Alfonso Reyes”.
Este conocimiento lo compartió con otras personas, entre ellos Gabriel Zaid y Christopher Domínguez Michael, ambos miembros del El Colegio Nacional, y fue así la centenaria institución decidió publicarlo, para lo cual hizo una revisión del trabajo que ya tenía y era personal, para que no hubiera falla posible al darlo a los lectores interesados.
La base de este índice es las obras completas de Alfonso Reyes publicada por el Fondo de Cultura Económica (FCE), de ella se Tolman las referencias como el texto citado, tomo, página, etcétera. Fue un trabajo en el que recibió el apoyo de varios colaboradores, entre los que destacó y agradeció a Lourdes Borbolla (q.e.p.d.), su asistente, pero también a Alma Delia Fernández y Jorge Sánchez.
El libro tiene un total de entradas como sigue: seis 626 nombres propios, 200 personajes y cinco mil 111 obras, lo que quedo citado en casi 600 hojas que contiene el libro que se presenta.
Sobre “Alfonso Reyes e una nuez”, Castañón confió en que permitirá redescubrir al polígrafo, muy útil para quienes estén interesados y especializados en su obra. Les facilitará, por ejemplo, realizar trabajos por autores, libros o personajes, pues podrán aprovechar las citas que de cualquiera de ellos hace Reyes, o para conocer la relación de éste y aquellos.
Aclaró que se trata de un trabajo provisional, porque falta por incluir en el listado, en la guía, las citas, el universo de nombres y citas que está en su diario y en las correspondencias que mantenía, además de que puede ser perfectible, estableció al anotar que un proyecto similar se trabaja en la Universidad de Morelos.
“Es una contribución importante a la conservación del estudio del patrimonio intangible que es la obra completa de Alfonso Reyes, y en cierto modo me da mucha emoción y a la vez asombro al voltear atrás y decir ´¿cómo le hice?´”, expuso al considerar que tiene que ver, sin duda, con la perseverancia y su interés en el estudio de la obra del autor mexicano.