11 de junio de 2018
Huesca.- Con un testamento vitalista de una artista que vuelve de su experiencia con la muerte, el realizador aragonés Alejandro Cortés presentó hoy en Huesca su segundo largometraje «Carrasca», que pone en imágenes la vida y la obra de la pintora, muralista y escultora española Teresa Ramón.
La edición 46 del Festival Internacional de Cine de Huesca acoge hoy el estreno mundial de «Carrasca», una «road movie» sobre ser mujer, artista, abuela, madre y esposa, a partir de la vida de la artista multidisciplinar, y sobrevivir a ello en un mundo de hombres.
De hecho, el filme recibió la Mención Especialmente Recomendada para el Fomento de la Igualdad de Género por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes audiovisuales de España (ICAA).
El cineasta aragonés Alejandro Cortés destacó que se trata de «una road movie, un testamento vitalista de una artista que vuelve de su experiencia con la muerte, no es sobre un momento concreto de ella sino que hace un recorrido desde el presente, hacia atrás y de cara al futuro».
El largometraje tiene entre sus objetivos principales mostrar un modo de vida, el de la artista, lleno de vaivenes, etapas y batallas personales, que dan lugar a una obra inmensa, fruto de la evolución constante.
Cortés pretende con el filme generar un interés genuino entre los espectadores a través del reflejo audiovisual de la personalidad y de la pintura de Teresa Ramón a lo largo de las últimas décadas.
Teresa Ramón nació en Lupiñén (Huesca) en 1945 y se ha distinguido por su carácter innovador e inconformista que le ha llevado a experimentar con todo tipo de técnicas pictóricas, investigando y descubriendo técnicas novedosas y personales como las lacas sobre planchas.
Gracias a sus descubrimientos pictóricos fue becada por la Diputación Provincial de Huesca e invitada por el Instituto Italiano de Cultura al centro Experimental de Arte de Macerata (Ancona) permaneciendo en la Escuela de Bellas Artes “Pietro Vannuci” de la Universidad de Perugia (Italia).
Su arte no ha dejado de evolucionar hasta alcanzar un matiz surrealista que deriva hacia un realismo de connotaciones mágicas, desembocando posteriormente en un concepto figurativo muy diferente pero que guarda un aroma de lo realizado entre finales de los setenta y ochenta.
Para el director del filme, el haber conocido a un personaje real, un personaje en la vida, una artista creadora, le dio la posibilidad de hacer una narración que espera le guste a los espectadores.
«Es un camino nuevo para mi, un camino entre la ficción y el documental y en el que se puede ver lo que Teresa ha hecho antes, lo que está haciendo ahora y además poder avizorar lo que hará en el futuro».
Para la artista multidisciplinar, quien fue galardonada en 2015 con el Premio Aragón-Goya, la película ha sido «una experiencia maravillosa».
«Nunca había hecho esto, desconocía como funciona una producción de cine, pero ha sido un aprendizaje interesante que me ha hecho valorar qué supone hacer una película, cuánto esfuerzo, cuánto sacrificio, cuánto entusiasmo y genialidad hay detrás», dijo.
El filme hace un recorrido interesante por la ciudad de Huesca, por muchos de sus rincones y también un recorrido por todo Aragón con lugares significativos para la artista y para su vida privada.
Teresa Ramón reivindicó, en la presentación de la película, su condición de mujer.
«He descubierto que es mejor ser mujer, somos más fuertes, somos más productivas, con toda esta historia yo he vuelto a lo que ha sido mi vida, estaba casada, ahora soy viuda, yo era profesora, yo no había oído la palabra feminismo, pero yo era una feminista, he asumido todo ese peso sobre mi espalda con alegría», señaló.
Sobre las mujeres y su lucha por la igualdad de oportunidades, expresó que «estamos en la lucha, pero hay que aceptar que para que seas medianamente reconocida tienes que hacer unas 100 veces más que lo que hace un hombre».