Ya sin la famosa hermandad que unió a ambos equipos durante varios años y que propició un sin fin de malos entendidos, este jueves Necaxa querrá bajar de la nube a un América motivado en la ida de las semifinales del Torneo Apertura 2016 de la Liga MX.
El combinado rojiblanco es una realidad; si bien fue la «cenicienta» del certamen en la fase regular al alejarse del descenso y clasificar a la liguilla, en estas instancias finales parece que encontró la «zapatilla» para dejar en claro que es un equipo capaz de jugar de igual a igual ante cualquier rival.
El equipo necaxista espera hacer valer su condición de local en la cancha del estadio Victoria para sacar una ventaja que le dé tranquilidad de cara al juego de vuelta programado para el domingo en el estadio Azteca.
Rayos recuperó los adeptos en su retorno a la Primera División del futbol mexicano y, sin duda, eso se debe al buen funcionamiento del equipo y a la dirección técnica de Alfonso Sosa, único estratega mexicano que sigue con vida en esta «fiesta grande».
La escuadra de Aguascalientes sorprendió a propios y extraños por el hecho de clasificar y por ese motivo recalcó que está para grandes cosas sin la presión que eso mueve, con el lema de «nada que perder y mucho que ganar», para convertirse así en un rival todavía más peligroso.
Muestra de ello fue que contra todo pronóstico se impuso al otrora campeón Tuzos de Pachuca, al que superó con un global de 2-1 gracias a su triunfo de local y tras acomodarse bien y aguantar el 0-0 en condición de visitante.
Enfrente estará un motivado América luego que dejó en el camino a su acérrimo rival Chivas de Guadalajara, y después de tres «clásicos» de no derrotarlo en este semestre, en Liga, Copa MX y en la ida de cuartos de final, la cuarta oportunidad fue la vencida para imponerse y seguir con la ilusión de celebrar algo en su Centenario.
Aunque en cierto sector de la afición todavía no haya convencimiento por el estilo futbolístico de las Águilas, es un hecho que el entrenador argentino Ricardo Antonio La Volpe es un «viejo lobo de mar» y lo demostró al ganarle la partida a su homólogo y compatriota de Chivas, Matías Almeyda.