25 de julio de 2018
México.- El portero Orlando Ortega Guadarrama pasó de nadar en el mar en Acapulco a la alberca con la selección mexicana de polo acuático, para ir por su tercera medalla en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
Quien nació el 2 de enero de 1984 en Acapulco, Guerrero, y se graduó en mecatrónica, le gusta torturarse, al vivir en un deporte de escasos apoyos y ver que cada cuatro años se forma un equipo al vapor; sin embargo, pese a todos los contras, disfruta el éxtasis de ganar medalla centroamericana.
«Siempre es diferente. Siempre se construyen equipos diferentes, porque desafortunadamente no hay continuidad. Siempre quieren (los directivos) que salga todo al vapor», lamenta el espigado atleta de 34 años de edad.
Por lo que ha vivido, agregó que «siempre es: ‘Ah, ya vienen los Juegos Centroamericanos y ahora sí -tres meses antes- métanse donde se tenga que entrenar y conseguimos aquí y rascamos allá'».
Sabe que no hay apoyo, y el que existe a veces es mínimo, pero últimamente, no sabe si por papeleo o burocracia, ni siquiera hay una beca para los chavos que estudian, que trabajan o son de provincia y tienen que pagar su viaje o hasta su hospedaje.
Pero eso no importa, en el agua se divierten, se gritan, se colocan, defienden, meten gol y el regocijo los hace más que felices. «En la parte de los atletas, el objetivo siempre es el mismo: El primer lugar. No importa lo demás».
Agregó que «todos lo tenemos claro. Si ya se ganó oro hace cuatro años y hubieran mantenido con poquito (al equipo), con lo mínimo, los cuatro años con tantito, a la mejor una salida acá y otra allá, no se hubiera iniciado de cero (para Barranquilla)».
Ortega Guadarrama indicó que es un ciclo que se repite, es un comienzo de cero para esta nueva cita, en lugar de empezar con 10 por ciento de trabajo, luego llegar a 20 y así sucesivamente. «Es lo desafortunado que vivimos en este deporte».
El 31 de julio de 2010 recibió la medalla de bronce, luego de la victoria por 9-7 ante Puerto Rico, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez, y el 29 de noviembre de 2014 subió a lo más alto del podio para la de oro, al vencer en la final 7-6 a Venezuela, en los de Veracruz 2014.
«Es verdad que la experiencia siempre es importante dentro de un equipo y más cuando es renovado. A mí también me tocó ser de los novatos y me sentí respaldado por los jugadores mayores, y ahora me toca estar del otro lado y dar ese apoyo, para que los chavos se sientan respaldados en todos los aspectos», compartió.
Un entrenador le dijo un día que «la portería es lo más importante en un juego», porque es donde no se va a permitir recibir gol. «El ataque empieza desde la portería y la defensa la dirige también el arquero».
También sabe que «la portería es ingrata», porque un error del arquero es más notable que el de un atacante. «No puedo fallar, sé los riesgos, pero es mi trabajo, me gusta y me mantego ahí».
Compartió que no le habla con dulzura a los defensas, les grita con palabras fuertes para que reaccionen y pongan atención, y a la ofensiva «inicia el ataque desde la portería con un buen pase».
Después de ganar la medalla de oro en Veracruz 2014 fue a su natal Acapulco, a pregonar que sí se puede, y en febrero de 2017 volvió con una clínica en la alberca olímpica Clemente Mejía Ávila, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Su agradecimiento es infinito al IMSS, por todo el apoyo que le brinda, porque trabaja para esa institución con mucho agrado y le permite cumplir su sueño: Ir por una tercera medalla centroamericana, aunque el polo acuático sea sufrible.