4 de junio de 2018
Ottawa.- La 44 cumbre del Grupo de los Siete (G-7) que se realizará el 8 y 9 de junio en la apartada localidad de Charlevoix, en Quebec, estará dominada por la guerra comercial desatada por Estados Unidos al imponer aranceles al acero y aluminio provenientes de sus aliados.
En su calidad de presidente del G-7, Canadá fijó hace dos meses los cinco temas prioritarios de la agenda oficial: nuevas tecnologías, igualdad de género, cambio climático, crecimiento que beneficie a todos y construir un mundo más pacífico y seguro.
Sin embargo, se espera que el encuentro entre los mandatarios de Canadá, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido, así como con la representación de la Unión Europea, tenga como centro las recientes acciones proteccionistas y aislacionistas de Estados Unidos.
Los aranceles al acero y aluminio impuestos por Estados Unidos, su salida del acuerdo nuclear con Irán y del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, su acercamiento a Corea del Norte y su política de “América primero”, son el halo que rodeará a Donald Trump cuando se reúna con sus contrapartes de las seis naciones más poderosas.
El anfitrión, Justin Trudeau, quien consideró “un insulto” para Canadá la imposición “punitiva e inaceptable” de aranceles al acero (25 por ciento) y el aluminio (10 por ciento), recibirá a Trump, el presidente que rompió con la tradición de visitar primero a Canadá tras su toma de posesión y que vendrá tras año y medio de haber asumido el cargo.
“La cumbre del G-7 es extraordinariamente valiosa porque es una oportunidad para que naciones de ideas afines se reúnan y hablen sobre desafíos compartidos», adelantó Trudeau a medios locales.
No obstante, este fin de semana los ministros de Finanzas del G-7 dieron un adelanto de lo que se espera para el viernes y sábado en la apartada localidad de Charlevoix, resguardada por la Unidad de Seguridad Integrada.
“Los debates entre ministros de Finanzas y gobernadores de Bancos Centrales esta semana en Whistler, Columbia Británica, demostraron lo que la colaboración y la cooperación pueden lograr», establecieron los encargados de las economías de las siete potencias en su declaración final.
«Pero -añadieron- también se centraron en preocupaciones expresadas por muchos sobre los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y al aluminio, señalando que estas acciones socavan la confianza empresarial y del inversionista”.
El ministro francés Bruno Le Maire declaró que lo que el G-7 demostrará es que “Estados Unidos está solo contra todos y especialmente contra sus aliados”.
El encuentro de los ministros de Finanzas del G-7 en Whistler coincidió con el anuncio de la Casa Blanca de no renovar la exención para Canadá, México y la Unión Europea sobre los aranceles al acero y el aluminio que entraron en vigor el 1 de junio, por lo que la atmósfera que rodeó el encuentro olía más a un G-6.
Al respecto, el profesor John Kirton, director del Grupo de Investigación del G-7 de la Universidad de Toronto, declaró a Notimex que es poco probable que el grupo expulse a Estados Unidos porque el organismo nunca ha sacado a un miembro.
“Rusia sólo fue suspendida en 2014 y el proteccionismo de los metales de Estados Unidos es mucho menos grave que la invasión rusa de Ucrania y la anexión de Crimea”.
El especialista resaltó que Charlevoix “será un gran éxito sinérgico en una amplia gama de temas, donde Trump y sus socios están de acuerdo en gran medida”.
Incluso consideró que Trump podría “reducir o eliminar las tarifas de los metales como parte de un compromiso comercial”, de acuerdo con el lenguaje de comercio de la Cumbre del G-7 en Taormina, Italia, del año pasado.
John Kirton agregó que pese a lo impredecible que es el mandatario estadunidense “es muy predecible en varios aspectos, por ejemplo, odia el terrorismo, apoya el empoderamiento económico de las mujeres, se preocupa por el empleo de sus trabajadores, etcétera”.
Por ello, dijo, Trump “actuará seriamente de acuerdo con sus socios del G-7, aunque le gusta ser el centro de atención”.