9 Junio 2022
México.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) disminuyó la estimación de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de México para 2022 de 2.3% a 1.9%, mientras que pronosticó que en 2023 la expansión será de 2.1%.
El organismo estimó que la inflación en este año llegará a 6.9% y rondará 4.4% en 2023; sin embargo, eso dependerá del impacto que tenga el incremento de las tasas de interés y de las presiones salariales.
«Las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas. La inflación podría mantenerse en niveles más altos durante más tiempo, lo que erosionaría el poder adquisitivo, sobre todo de las familias vulnerables y exigiría una política monetaria más restrictiva», consideró el organismo.
Se espera que las exportaciones de bienes y servicios aumenten 6.3% en 2022 y 5.1% en 2023, mientras que las importaciones crecerán 4.3% y 6.2%, respectivamente.
En cuanto a la tasa de desempleo, el organismo expuso que se anticipa que terminará 2022 en 3.6%, porcentaje menor al 4.1% de 2021, aunque para 2023 repuntará a 3.8%.
Se espera que el déficit fiscal aumente de 2.9% a 3.1% del PIB entre 2021 y 2022, aunque disminuirá a 2.8% para 2023. Además, la deuda pública se estabilizará en torno a 50% del PIB.
Al dar a conocer las Perspectivas Económicas 2022, la OCDE expuso que «el consumo interno será un motor clave del crecimiento, mientras e los servicios relacionados con el turismo se irán recuperando gradualmente. Las exportaciones seguirán beneficiándose de una profunda integración en las cadenas de valor».
La institución afirmó que hay mucha incertidumbre en torno a lo que pueda ocurrir con la economía, pues si hay un repunte en los contagios de Covid-19, se puede afectar la movilidad y eso entorpecerá la actividad económica.
Si eso ocurre, pueden presentarse episodios de volatilidad financiera y un aumento en la aversión al riesgo.
La OCDE consideró que el mundo pagará un alto precio por el conflicto entre Rusia y Ucrania, porque ello agrava la crisis humanitaria, dispara los precios de la energía y los alimentos, lo que impactará los niveles de pobreza.
Por ello, el crecimiento mundial en 2022 se estima en 3%, en lugar del 4.5% que se proyectó en diciembre del año pasado.