23 de enero de 2018
Guadalajara.- El Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del IMSS en Jalisco, a través de la División de Investigación Quirúrgica, realiza diversos estudios para conocer los factores de riesgo de rechazo orgánico en pacientes que fueron trasplantados.
Una de las líneas de investigación que recientemente dio inicio, y en la que participa la investigadora Raquel Echeverría Zepeda, es la de establecer biomarcadores que permitan predecir daño o rechazo humoral o mediado por algunas células, en pacientes con apenas un año de haber sido trasplantados.
“El principal objetivo es entender los mecanismos moleculares en este inicio del post-trasplante, en el primer año, para poder predecir cuales son los injertos que a largo plazo están en mayor riesgo de desarrollar el rechazo humoral y de perder los órganos”, explicó la Investigadora.
En un comunicado, precisó que, a través de esto, se podrían prever riesgos de pérdida del injerto más tempranamente, para proceder a realizar una biopsia que confirme los indicadores.
Indicó que el rechazo humoral y el mediado por ciertas células, es en el que se enfocan la mayoría de investigaciones de esta División del CIBO del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“Mucho de la investigación se ha enfocado en mejorar las terapias inmunosupresoras, en hacer mejores pares donador- receptor, por histocompatibilidad”, refirió.
En cuanto a la metodología, indicó que el proceso será el de analizar bioinformáticamente, un cúmulo de muestras, alrededor de mil 378, que se encuentran en una amplia base de datos.
Echeverría Zepeda destacó que estas muestras son de personas que han presentado rechazo humoral, rechazo mediado por células T, y de personas que no registraron ningún dato adverso tras ser trasplantado.
La finalidad dijo es encontrar patrones transcripciones en los injertos para establecer biomarcadores que posteriormente puedan identificarse en pacientes del IMSS, a través de la toma de muestra y orina.
Agregó que “parte de todo este daño ocurre de manera crónica, en la cual intervienen varias moléculas de inflamación y del sistema inmune, y otros mecanismos inmunológicos como la liberación de sustancias, todo contribuye a que el injerto tenga un estado continuo de inflamación”.