9 de agosto de 2018
México.- En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, dijo que México cuenta gracias a sus pueblos originarios con algo que muchas naciones no tienen: un origen puro y una historia grande.
Al inaugurar la exposición fotográfica “Rostros e Identidades Indígenas de la CDMX”, en la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec, señaló que en el mes de exhibición transitarán por el lugar cerca de 400 mil personas, casi una cuarta parte de ellas del extranjero, “que sabrán de nuestra existencia, de lo que somos y lo que representamos en esta ciudad y en el país”.
Abundó que cuando un visitante internacional tiene la oportunidad de establecer contacto con los pueblos y las comunidades indígenas, no los ven con discriminación, porque hay un elemento que los mexicanos orgullosamente tienen y que en muchos otros países carecen: un origen y una historia.
“Esa es la valía que tenemos a través de nuestros antepasados y de nuestro presente indígena, comunitario, de nuestros pueblos, que han dado grandeza a esta ciudad y a nuestro país, y que ahora nos toca reconocer, porque el ejercicio de derechos no es ningún regalo ni una limosna, es un acto de justicia y reconocimiento social.
“Hacia eso tenemos que ir, con esa visión tenemos que actuar: la justicia y el reconocimiento social de quiénes somos y a quienes agradecemos”, expresó.
Amieva Gálvez expuso que la capital del país es privilegiada porque del total de quienes aquí habitan, poco más de nueve por ciento son integrantes de comunidades y pueblos indígenas de toda la nación, que llegaron hace años, tuvieron que abrirse paso ante violaciones de derechos humanos y esquemas de discriminación, así como falta de respeto e insensibilidad de las autoridades.
Ahora, dijo, ya vamos por la tercera generación; los que llegaron tienen hijos y nietos y éstos han caminado por esta ciudad y la han hecho suya, y nosotros, con todo cariño, también los hemos hechos nuestros. Todos somos chilangos, habitantes de esta ciudad, y le damos forma, día con día.
Por eso, mencionó, no puede existir una ciudad que transite hacia una calidad de vida mejor sin considerar a sus pueblos indígenas, ni considerar una ciudad que se diga plena en cuanto a inclusión y cumplimiento de todas las garantías individuales, sin su participación activa y el diseño de las políticas por parte de ellas.
“Cuando hablamos de que somos pluriétnicos, plurilingües y multiculturales, somos inmensamente afortunados. Un total de 55 de las 68 lenguas maternas conviven día a día en la capital”, subrayó.
De manera generosa, agregó, nos comparten sus costumbres, tradiciones, manera de vestir, forma de celebrar y vivir.
Asimismo, consideró que el destino de los pueblos originarios se debe cambiar, primero, con normas justas, en donde de manera igualitaria y equitativa se reconozca a nuestros hermanos indígenas en la ciudad; después, al incorporar, por una situación de visión y de reconocimiento social, los programas y acciones de gobierno para que seamos uno solo.
En el evento, Florentina Santiago, representante de la comunidad zapoteca del Istmo, alertó que los pueblos indígenas no tienen mucho que celebrar. “Ya no queremos seguir siendo objeto de estudio de ciencias; queremos ser sujetos de derechos.
“No queremos seguir siendo folclor para los turistas, ni vitrina desde la que se mira lo exótico de nuestra cultura ancestral. No tenemos mucho que celebrar, menos aún si no quedan cubiertas nuestras necesidades básicas, o se siguen considerando menos nuestros trabajos artesanales y nuestros productos agrícolas”, expresó.
Además, demandó leyes que garanticen sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.