12 de junio de 2018
Bogotá.- Colombia se perfila como una potencia en biodiversidad, tiene cerca de 80 especies de plantas medicinales, algunas de ellas ya con productos patentados a nivel nacional e internacional, aseguró el investigador Luis Miguel Pombo de la Fundación Universitaria Juan N Corpas.
La Fundación Juan N Corpas, es pionera en Colombia en la investigación científica de la flora medicinal en este país andino-amazónico, que hasta el siglo XIX, fue la base de toda la medicación para los pacientes.
Según el Centro de Investigaciones de esta fundación, dirigido por el Doctor Luis Miguel Pombo, en Colombia hay cien mil especies vegetales, de las cuales el 10 por ciento tienen un uso medicinal, lo que convierte a este país en una futura potencia para desarrollar fármacos de alta calidad con plantas terapéuticas.
“Colombia por área es el segundo país más biodiverso y sin embargo, apenas un 10 por ciento de estas especies ha sido estudiado y tiene todo el sustento científico para garantizar su seguridad”, explicó el experto en entrevista con Notimex.
En este momento Colombia cuenta “con todo un vademécum de plantas que no todas son nativas, algunas de ellas ya se han introducido y se están cultivando actualmente en el país”.
En este vademécum se cuentan 80 especies que fueron aprobadas por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos (Invima), que es el ente regulador y garantiza el manejo en algunas de las enfermedades más frecuentes en Colombia.
La fundación Corpas en colaboración con la Universidad Javeriana trabajan en un mega proyecto en la búsqueda de alternativas para el tratamiento del cáncer y son alternativas enfocadas para el tratamiento del cáncer, enfocadas en algunas plantas medicinales, propias de Colombia.
El especialista sostuvo que los dos centros universitarios “están estudiando una especie interesante conocida como el Divi Divi, cuyo nombre científico es Caesalpinia spinosa y en este caso se han hecho muchísimas pruebas. Se ha probado sobre células tumorales y se han encontrado aspectos bien interesantes”.
“Algunas fracciones derivadas de esa planta en particular -anotó- ya están patentada. Tiene una patente nacional y otra en Estados Unidos y estamos esperando obtener la patente en Brasil y en Canadá”.
Esa patente es “para proteger esos conocimientos y los resultados que hemos llevado a cabo. En ese sentido hay otra planta que se llama Anamú. Esta planta no solo se da en Colombia, sino en otros países que tienen climas similares. Se han hecho pruebas para el tratamiento del cáncer.”
El Anamú crece a lo largo de América del Sur, América Central y en África y cada día los investigadores descubren innumerables propiedades, ya que cuenta con varios compuestos que protegen el cuerpo contra el ataque de bacterias y hongos.
El centro de investigaciones también viene estudiando las posibilidades medicinales de la marihuana, después que el gobierno colombiano dio vía libre para el uso medicinal de esta planta.
“Hemos empezado hacer algunos estudios con marihuana y específicamente investigaciones a nivel celular del sistema inmune y mirar cómo funciona una alternativa para el tratamiento de artritis (…) vamos a mirar como podría ser el manejo de pacientes con cáncer en preparaciones basadas con marihuana”, sostuvo.
«El estudio de cualquier especie para llevarlo a medicamento- apunto- tiene que cumplir una serie de pasos. Lo primero es hacer una búsqueda de la especie para mirar que se ha hecho y que no se ha hecho a nivel mundial”.
La segunda fase es “mirar cómo se puede conseguir esa planta en la biodiversidad. Hay algunas plantas que son muy interesantes pero la población vegetal es muy baja. Si se hace una recolección no racional se podría estar acabando con el recurso natural, entonces es muy importante tenerlo en cuenta”.
Posteriormente se hace un estudio de posibilidad “para garantizar la seguridad, eso se hace a partir de la especie y posteriormente se hace el estudio en efectividad in vitro y en animal. Cuando se tiene esos resultados entonces se puede escalar a realizar esos estudios clínicos”.
En Colombia se exigen dos fases y el Invima “está solicitando estudios para poder dar el permiso para comercializar y convertir el producto en medicamento”.
El investigador alertó que en Colombia hay “una serie de laboratorios de garaje que no cumplen con los requisitos de Invima, pero que aun así comercializan esos productos que por supuesto no son benéficos para la salud de la población colombiana”.
Es por este auge de laboratorios de garaje que el Invima “ha aumentado esos requisitos para garantizar la seguridad y calidad de los productos. Obviamente todos tiene que tener esos requisitos, pero aun así sigue una comercialización fraudulenta de algunas especies”.