11 de marzo de 2018
Washington. – El presidente estadunidende Donald Trump quizá piense más en las consecuencias históricas que tendrá para su mandato haberse reunido con el líder norcoreano Kim Jong-un, que algún resultado eficaz que los analistas consideran no serán inmediatos.
La posibilidad de hacer historia seduce al magnate metido a presidente, mientras busca verse como el líder capaz de demostrar que puede cambiar el mundo. El anuncio de reconocer a Jerusalén como capital de Israel era el último precedente.
Sin embargo, Trump deberá adoptar una serie de características desconocidas, paciencia, persistencia, objetivos claros y condiciones, y estar preparado para retirarse cuando conozca al líder norcoreano Kim Jong Un, indicaron funcionarios que han negociado con el régimen de Kim.
La decisión aparentemente improvisada de Trump de comenzar a establecer conversaciones contrasta con la situación de Kim:
Corea del Norte se ha preparado deliberadamente durante décadas para una reunión con el presidente estadunidense en funciones, como un paso importante hacia la obtención de legitimidad internacional.
Las negociaciones con el régimen de Corea del Norte son «muy laboriosas y, francamente, dolorosas», dijo Christopher Hill, quien se desempeñó como embajador de Estados Unidos en Corea del Sur y subsecretario de Estado durante la presidencia de George W. Bush.
«Crees que tienes un acuerdo un minuto y luego no al minuto siguiente», detalló.
Trump pronosticó que las conversaciones con el líder norcoreano serán «un tremendo éxito» tras el sorpresivo anuncio de la semana pasada sobre la cumbre entre los dos líderes que habían protagonizado una contienda retórica sin precedentes en el último año.
En este giro de 180 grados entre las dos naciones, que se mantenían en una actitud hostil y sin posibilidad de negociación, relucen preguntas cómo a dónde serán las primeras reuniones, y que alcancen tendrá para reducir el programa nuclear norcoreano, entre otras.
La propia Casa Blanca limitó al día siguiente el optimismo inicial de Trump exigiendo a Pyongyang «pasos y acciones concretas».
Una forma de reconocer que una genérica promesa de «desnuclearización», a cambio de respetar al régimen, no es fiable si no va acompañada de muestras de supresión del arsenal.
Y de asumir que el visto bueno del presidente a una oferta por país interpuesto, pendiente aún de ser formalizada por Kim Jong-un, necesita de un larguísimo recorrido diplomático.
La reunión podría efectuarse en la zona desmilitarizada entre las dos coreas, además Suecia se ofreció a ayudar. Y siempre está Ginebra neutral.
Quizás en algún lugar de Asia, como Beijing no se haya descartado, luego de que Trump destacó la ayuda del presidente Xi Jinping dada al proceso reciente de acercamiento.
Mientras Trump reconoce en Twitter que no hay fecha ni lugar para el histórico encuentro, la Casa Blanca sugiere ahora un punto sin determinar en la zona desnuclearizada que coincide con la frontera entre ambas Coreas, en torno al paralelo 38.
«Todo se trata de óptica, desde su primer apretón de manos», dijo Lisa Collins, becaria de Corea y becaria del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
«Hay 70 años de bagaje histórico entre los dos países … por lo que tener la reunión en un lugar que sea seguro y que no resalte demasiado las diferencias entre los dos países probablemente sea lo mejor».
Donald Trump pronosticó este sábado que las conversaciones con el líder norcoreano serán «un tremendo éxito», a la vez que alabó la colaboración de China y criticó la inacción de sus predecesores al asegurar que «no hicieron nada».
«Creo que Corea del Norte va a ir muy bien, será un tremendo éxito (…) La promesa es que ellos no lanzarán misiles mientras tanto, y van a buscar la desnuclearización. Eso sería maravilloso», dijo Trump a periodistas poco antes participar en un acto en Moon Township, en el oeste de Pensilvania.
«Veremos qué pasa (…) Pero esto debería haber sido encarado, por cierto, en los últimos 30 años, no ahora. (Los ex presidentes Barack) Obama, (George W.) Bush, (Bill) Clinton, tuvieron su oportunidad y no hicieron nada», agregó luego en el mitin en las afueras de Pittsburgh.
En cambio, el mandatario estadounidense sí que aplaudió la colaboración del presidente chino Xi Jinping, respecto a Corea del Norte.
«China ha hecho más por nosotros de lo que han hecho nunca antes por cualquier otro presidente o por este país, y respeto eso», afirmó.
El sorprendente anuncio sobre la reunión entre ambos mandatarios lo hizo el jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui-yong, quien se reunió este jueves con Trump en la Casa Blanca para transmitirle un mensaje de Kim Jong Un, a quien había visto el lunes en Pyongyang.
La noticia de la posible reunión entre Trump y Kim fue bien recibida a nivel internacional, dada la escalada de las tensiones y las amenazas del último año, pero algunos analistas se mostraron escépticos sobre el riesgo que supone programar este encuentro sin que haya habido contactos públicos preparatorios entre Pyongyang y Washington.