5 Enero de 2019.
Buenos Aires.- El expresidente argentino Fernando de la Rúa, quien se encuentra hospitalizado, dejó su marca en Argentina porque durante su gestión estalló la peor crisis económica del país, y abandonó el poder a bordo de un helicóptero para escapar de las intensas protestas callejeras.
El exgobernante permanece internado desde el martes en el Hospital Universitario Austral en estado grave” sedado y con asistencia respiratoria mecánica, tras realizársele una angioplastia coronaria debido a complicaciones cardiovasculares por una infección respiratoria, según fuentes médicas.
De la Rúa nació el 15 de septiembre de 1937 en Córdoba, en el seno de una familia de clase media, y en la Universidad de esa ciudad estudió derecho hasta el grado de doctorado, y se afilió a la Unión Cívica Radical (UCR).
Fue el primer jefe de gobierno electo en la Ciudad de Buenos Aires, tres veces ocupó un escaño como senador nacional, y una vez fue diputado.
En 1999, pese a pertenecer al sector más conservador de la UCR, De la Rúa se alió con el centroizquierdista Frente País Solidario (Frepaso) para buscar la Presidencia de Argentina y puso fin a una década de gobiernos del Partido Justicialista.
La gestión de De la Rúa, que debía concluir en 2003, sufrió un pronto deterioro por la continuada y profunda recesión económica y la delicada situación financiera, por lo que el 20 de diciembre de 2001, con dos años y 10 días de gobierno y en medio de numerosas protestas sociales, renunció al cargo.
En agosto de 2000, el gobierno de De la Rúa enfrentó graves acusaciones por supuestos sobornos millonarios a senadores peronistas y aliancistas para sacar adelante una polémica reforma laboral.
Debido a la crisis económica y la tensión política, De la Rúa sustituyó a su ministro de Economía, José Luis Machinea, por Ricardo López Murphy, el 2 de marzo de 2001, quien impuso un plan de austeridad y recortes presupuestarios que fueron rechazados por los sindicatos, por lo que dimitió 14 días después.
El 20 de marzo, De la Rúa designó como ministro de Economía con amplios poderes a Domingo Cavallo, quien logró un acuerdo internacional para renegociar la deuda, y negoció en agosto con el FMI un préstamo por ocho mil millones de dólares para evitar la bancarrota.
Las condiciones para el crédito incluyeron un plan de ajuste, a fin de asegurar un crecimiento sostenible y el pago de los intereses de la deuda externa, que ascendían a 130 mil millones de dólares, el 45 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), con severos efectos sociales.
En noviembre, sin que se detuviera la incertidumbre, los inversores comenzaron a retirar sus fondos de los bancos, por lo que Cavallo aplicó el 1 de diciembre el llamado “corralito financiero”, que suspendió por 90 días el retiro de sumas superiores a 250 pesos o dólares semanales.
El «corralito» fue el principal detonante del descontento que el 19 de diciembre ganó las calles, donde la gente salía a las calles a protestar con los característicos «cacerolazos» para que sus demandas fueran escuchadas.
Un día después la situación se desbordó, con la aparición de saqueos a comercios y bancos, la imposición del estado de sitio, la represión policial armada y la muerte de cinco personas durante las manifestaciones.
Por la tarde, el mandatario presentó su renuncia ante el presidente del Senado, Ramón de la Huerta, y abordó un helicóptero que lo alejó de la presidencial Casa Rosada y de la vida política, sin que la crisis en Argentina fuera resuelta.
En 2006, De la Rúa y Cavallo son procesados por «cohecho», aunque tres años después se sobreseyó la causa.
Fuente: Notimex.