23 Agosto de 2018.
Nueva York.- La campaña de “limpieza étnica” lanzada por autoridades de Myanmar contra la etnia rohingya cumple esta semana un año sin que los responsables hayan enfrentado la justicia o rendido cuentas por sus atrocidades, denunció Amnistía Internacional (AI).
En un análisis difundido este jueves, AI destacó que la inacción de la comunidad internacional ha permitido que los perpetradores de crímenes contra la humanidad de las fuerzas de seguridad de Myanmar permanezcan prófugos.
La campaña forzó a más de 700 mil mujeres, hombres y niños rohingya a huir del estado de Rakhine hacia Bangladesh a partir del 25 de agosto de 2017, cuando las fuerzas de seguridad de Myanmar lanzaron un asalto generalizado y sistemático contra cientos de aldeas de esta etnia.
El ataque se produjo a raíz de una serie de ataques a puestos de seguridad por parte de un grupo armado rohingya, el Ejército de Salvación Rohingya Arakan (ARSA).
“AI ha documentado ampliamente cómo la ofensiva militar equivalió a limpieza étnica”, concluyó el análisis. La campaña incluía quema de aldeas, uso de minas terrestres y la comisión de crímenes de lesa humanidad como asesinatos, violaciones, torturas, inanición y deportación forzada, entre otros.
“Este aniversario marca un hito vergonzoso”, afirmó Tirana Hassan, directora de respuesta a crisis de AI. Añadió que la comunidad internacional no debe permitir la impunidad en este caso.
“Al no rendir cuentas a los responsables de los crímenes de lesa humanidad, la comunidad internacional se arriesga a enviar el mensaje de que las fuerzas armadas de Myanmar no solo gozarán de impunidad, sino que se les permitirá cometer tales atrocidades nuevamente”, señaló Hassan.
La representante manifestó que a un año después de iniciada la campaña miles de mujeres, hombres y niños rohingya continúan “en el limbo” en los campos de refugiados en Bangladesh.
“Mientras sus torturadores en las fuerzas de seguridad de Myanmar permanezcan en libertad, cualquier idea de que los refugiados rohingya pueden tener un regreso seguro, digno y voluntario a su hogar es una farsa”, consideró Hassan.
AI recordó que en junio de 2018, las agencias de la ONU y el gobierno de Myanmar firmaron un acuerdo para la repatriación de los refugiados rohingya de Bangladesh.
No obstante, es preciso implementar reformas profundas serias en el estado de Rakhine para que cualquier repatriación futura sea viable, de acuerdo con AI.
El grupo ha documentado cómo la brutal respuesta de los militares de Myanmar a los ataques ARSA de agosto de 2017 se produjo en el contexto de años de discriminación y segregación institucionalizadas que constituyeron apartheid, un crimen de lesa humanidad.
“Los Estados de todo el mundo deben presionar para que Myanmar desmantele su sistema de apartheid y permita que los rohingya y todas las demás minorías étnicas disfruten de sus derechos a la nacionalidad y la libertad de movimiento”, declaró Hassan.
Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) emitió este jueves un informe que estableció que a más de medio millón de niños refugiados rohingya en el sur de Bangladesh se les niega la oportunidad de una educación adecuada.
“Si no invertimos en educación ahora, nos enfrentamos al peligro muy real de ver una ‘generación perdida’ de niños rohingya, niños que carecen de las habilidades que necesitan para enfrentar su situación actual”, advirtió el representante de Unicef en Bangladesh, Edouard Beigbeder.
Fuente: Notimex.