11 Octubre de 2020
México.- La segunda oleada de infecciones de coronavirus golpea a Europa mucho antes de que la temporada de influenza siquiera haya empezado, llenando nuevamente los pabellones de cuidados intensivos y cerrando los bares. Para empeorar las cosas, las autoridades informan, de un caso generalizado de «Fatiga por Covid».
Máximos históricos de infecciones diarias en varios países del este de Europa y marcados repuntes en países del occidente del continente que resultaron fuertemente afectados, han dejado en claro que Europa realmente nunca aplanó la curva del Covid-19 como esperaban lograrlo luego de los confinamientos durante la primavera.
Esta semana, España declaró estado de emergencia en Madrid en medio de crecientes tensiones entre las autoridades locales y nacionales en torno a las medidas de contención contra el virus. Alemania ofreció desplegar soldados para ayudar con el rastreo de contactos en nacientes focos de infección. Italia ordenó el uso obligatorio de mascarillas en espacios abiertos y advirtió que, por primera vez desde que el país se convirtió en epicentro europeo de la pandemia, el sistema de salud enfrenta «importantes problemas críticos» a medida que los hospitales se llenan.
A medida que el número de infecciones aumenta en varios países de Europa, algunos -incluyendo a Bélgica, Holanda, Reino Unido, España y Francia- diagnostican más nuevos casos al día, per cápita, que Estados Unidos, según los promedios por cada siete días difundidos por la Universidad Johns Hopkins.
La tendencia es alarmante, considerando que la temporada de influenza ni siquiera ha comenzado, las escuelas están abiertas para la enseñanza presencial y el clima frío aún no envía a los europeos al interior, donde la infección se puede propagar con mayor facilidad.
También es preocupante que muchos países aún carecen de la capacidad de pruebas, rastreo y atención para lidiar con una segunda oleada de la pandemia cuando la primera realmente nunca concluyó, dijo el doctor Martin McKee, profesor de salud pública europea en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
«Debieron usar este tiempo para implementar sistemas sólidos de localización, pruebas, rastreo y aislamiento. Nadie lo hizo», dijo McKee. «De haberlo hecho, habrían podido identificar los brotes conforme se originaban y atacar las fuentes».