4 Agosto de 2019.
Hong Kong.- La policía de Hong Kong disparó gas lacrimógeno contra los manifestantes en un popular distrito de la ciudad, en medio de protestas masivas prodemocracia pese las advertencias de China.
Las autoridades trataban así de dispersar a la multitud concentrada frente a una comisaría en el barrio de Tsim Sha Tsui, zona comercial y turística del enclave. Previamente, centenares de asistentes enmascarados habían levantado barricadas improvisadas para bloquear varias calles en la zona.
Esta semana, Pekín y las autoridades locales subieron el tono al detener a decenas de personas, mientras el ejército chino anunciaba estar dispuesto a reprimir los altercados si era necesario.
Pero los manifestantes se mantuvieron inflexibles y prometieron nuevas protestas para este fin de semana y los próximos días.
En Mongkok, un suburbio densamente poblado que ya fue escenario de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, miles de personas salieron a las calles entonando eslóganes y llamando a los habitantes a unirse a la huelga del próximo lunes.
Cuanto más nos reprima el gobierno, más saldremos, hasta que respondan a nuestras reivindicaciones», Ah Kit, un manifestante e 36 años.
Numerosas tiendas y centros comerciales mantenían sus puertas cerradas.
La crisis estalló hace dos meses por la oposición a una ley que permitía extradiciones a China. Habrá dos marchas más este domingo. El ejército chino anunció que está dispuesto a reprimir los altercados si es necesario.Las fuerzas de seguridad también usan balas de goma.
Paralelamente, el sábado también tuvo lugar una manifestación progubernamental con miles de participantes, muchos de los cuales enarbolaban banderas chinas.
El domingo, hay otras dos marchas organizadas, una en la isla de Hong Kong y la otra en el sector de Tseung Kwan O. Y para lunes está convocada una huelga general en toda la ciudad, además de manifestaciones en siete localidades.
La excolonia británica, que atraviesa la peor crisis desde su retrocesión en 1997, lleva ocho fines de semanas consecutivos de movilizaciones masivas, seguidas en muchos casos de enfrentamientos entre pequeños grupos radicales y las fuerzas de seguridad.