5 de junio de 2018
Río de Janeiro.- El presidente de Brasil, Michel Temer, presionado por una severa huelga de camioneros que provocó desabastecimiento en todo el país la semana pasada, prometió hoy reducir la dependencia de la importación de combustible para controlar los precios del diésel, cuyo aumento motivó el conflicto.
“Vamos a reducir de 11.5 a 7.5 por ciento nuestra dependencia externa de combustibles. Brasil estará menos expuesto a variación internacional de petróleo y a las alteraciones del tipo de cambio”, dijo.
La gestión de Temer es cuestionada por la crisis provocada por la huelga de camioneros de diez días que paró sectores de la economía del gigante sudamericano.
Los paros de miles de camioneros provocaron la dimisión del presidente de Petrobras, Pedro Parente, quien había impulsado en la estatal petrolera una mayor importación de diésel en vez de priorizar la producción en Brasil durante su gestión (2016-2018).
Brasil es uno de los mayores productores de crudo de América Latina, y las reservas descubiertas en la década pasada indican que será uno de los mayores productores mundiales en los próximos años, pero todavía depende de refinerías externas para abastecer a su mercado interno de combustible.