15 Agosto de 2020
México.- El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ofreció hoy al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, «sentarse cara a cara» para resolver la disputa que mantienen ambos países sobre la compensación a coreanos forzados a trabajar bajo la ocupación nipona durante la II Guerra Mundial.
Moon lanzó esta propuesta durante un discurso pronunciado este sábado con motivo de la celebración del Día Nacional de la Liberación, conmemorado también en Japón como la fecha que marca el 75 aniversario del final del conflicto bélico internacional.
«El Gobierno (surcoreano) ha consultado con Japón para lograr una resolución con la cual las víctimas puedan estar de acuerdo, y deja abierta la puerta a consultas también en este momento», dijo en su discurso televisado el presidente surcoreano.
«Estamos listos para sentarnos cara a cara con el Gobierno nipón en cualquier momento», subrayó Moon, quien también confió en que los «esfuerzos conjuntos de Japón y Corea del Sur para respetar los derechos humanos individuales puedan convertirse en un puente para la amistad y cooperación en el futuro».
Moon, no obstante, reafirmó que su Gobierno respetará la decisión judicial del Tribunal Supremo surcoreano de 2018 que condena a la compañía japonesa Nipon Steel a compensar a ciudadanos surcoreanos que fueron obligados a trabajar para una antigua filial de esa acería durante la Segunda Guerra Mundial en condiciones de esclavitud.
Esta decisión fue seguida de una orden de expropiación de activos de PNR, una empresa de riesgo compartido establecida por Nippon Steel junto a la acería surcoreana POSCO, para compensar a estas personas, la cual ha sido recientemente recurrida por la compañía japonesa.
Los fallos de la justicia surcoreana han contribuido a deteriorar la ya de por sí tensa relación entre Seúl y Tokio a cuenta del dominio nipón sobre la península coreana (1910-1945), y han derivado en represalias comerciales y diplomáticas de Japón a las que también ha respondido el Ejecutivo surcoreano con medidas similares.
Tokio defiende que las compensaciones para más de un millón de ciudadanos surcoreanos explotados durante la colonización se cerraron con el tratado de 1965 para normalizar las relaciones entre ambos vecinos.
Merced al acuerdo, la junta militar de Park Chung-hee recibió de Tokio cientos de millones de dólares que en su mayoría fueron invertidos en industrias e infraestructura básica, motivo por el cual miles de víctimas han demandado a su vez recientemente al Estado surcoreano.