14 de febrero de 2018
Bruselas.- El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, llamó hoy a los gobiernos de la Unión Europea a contemplar la posibilidad de fusionar su actual puesto con la presidencia del Consejo Europeo a partir de 2019, cuando Reino Unido dejará de formar parte de la comunidad.
La idea forma parte un paquete de proposiciones para “hacer más eficiente la labor de la Unión Europea (UE) y mejorar el vínculo” entre las instituciones y los ciudadanos europeos.
La presidencia del Consejo Europeo es actualmente ejercida por el polaco Donald Tusk, quien se encarga de organizar y presidir las reuniones entre los jefes de gobierno y de Estado de los Veintiocho.
“Una sola persona que ostentara los dos cargos de presidente del Consejo Europeo y de presidente de la Comisión Europea haría más eficiente la estructura de la Unión”, defendió Juncker en rueda de prensa, al señalar que la posibilidad está prevista en los tratados comunitarios.
El jefe del Ejecutivo también sugirió que se reduzca el número de comisarios tras las elecciones europeas de abril de 2019, cuando él y su equipo deberán ser remplazados.
En la actualidad, la CE está compuesta de 28 comisarios, uno por cada país, una cifra que pasará a 27 con la salida británica.
La perspectiva de nuevas ampliaciones de la UE suscita cuestiones con respecto a la forma que tomará el Ejecutivo si se mantiene el actual sistema.
“Un ejecutivo de menor tamaño funcionaría teóricamente de forma más eficiente, sería más fácil de gestionar y permitiría un reparto más equilibrado de las carteras”, señaló Juncker.
No obstante, supondría también que algunos países no estarían representados al nivel político de la institución y “perderían la ventaja de mantener un canal de comunicación política directa con sus ciudadanos y autoridades nacionales”, reconoció, invitando a sopesar los puntos positivos y negativos.
Las propuestas serán discutidas por los gobernantes europeos la próxima semana, cuando celebran una cumbre informal en Bruselas.
Los Veintiocho deberán también decidir si mantienen el actual sistema de elección del presidente de la CE, que alza al poder al cabeza de lista del grupo más votado en las elecciones para el Parlamento Europeo (PE).
Juncker, primer presidente del Ejecutivo elegido por ese sistema, en 2014, defiende su manutención por considerarlo “más democrático”.