16 Agosto 2022
México.- Las figuras más destacadas del Gobierno interino de los talibanes conmemoraron el primer aniversario de su regreso al poder en Afganistán, un país que sin embargo tiene poco que celebrar, con una grave crisis que ha disparado el hambre y una sociedad, sobre todo las mujeres, que han visto retroceder sus derechos ganados en las últimas dos décadas.
Los fundamentalistas marcaron la jornada con un despliegue de patrullas de las fuerzas de seguridad más amplio de lo habitual en Kabul y las principales ciudades del país, mientras un grupo de mujeres protestaba por la erosión de sus derechos desde un lugar secreto días después de que una manifestación en la capital fuese dispersada con disparos al aire.
Por su parte, la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) ha documentado en un informe las «flagrantes violaciones de los derechos humanos» que ha perpetrado su régimen.
El trabajo de la organización pone de manifiesto la impunidad generalizada ante crímenes como la tortura, los asesinatos de represalia y los desalojos forzosos de quienes se oponen a los talibanes.
En el documento titulado «Un año de violencia, impunidad y falsas promesas», AI constata que la situación es completamente distinta a la que anticipaban los líderes talibanes en agosto de 2021, cuando aseguraban que se respetarían los derechos de las mujeres y la libertad de prensa, entre otros.
«Se comprometieron públicamente a proteger y promover los derechos humanos. Pero la velocidad a la que están desmantelando 20 años de avances en materia de estos derechos es impresionante», señala Yamini Mishra, directora regional de Amnistía Internacional para Asia meridional.
«No debemos quedarnos de brazos cruzados, mirando mientras colapsan los derechos humanos de toda una población. Una respuesta internacional firme, significativa y unida es la única esperanza de poner fin a la pesadilla que el pueblo afgano soporta desde hace ya un año», afirmó.
La organización humanitaria tiene constancia de denuncias de desalojos en todo el país y, en junio de 2022, la ONU calculaba que la cifra de personas afganas desplazadas había aumentado a más de 820.000.