11 de maro de 2018
Damasco.- Las fuerzas del régimen sirio continuaron su ofensiva contra Ghouta Oriental este domingo, un día después de que dividieron la mayor ciudad del enclave controlado por los rebeldes, en un ofensiva que ha dejado más de mil civiles muertos en los últimos 20 días.
Las tropas del gobierno y la milicia aliada lanzaron su campaña militar para Ghouta Oriental el 18 de febrero y desde entonces han invadido más de la mitad del área, desafiando los llamamientos globales para detener la violencia.
El asalto siguió una estrategia de dividir y vencer, devorando el territorio controlado por los rebeldes, y las fuerzas del gobierno aislaron con éxito el sábado a la principal ciudad de Douma de Ghouta en un golpe para los rebeldes asediados.
Los combatientes del régimen cortaron una carretera que une Douma con la ciudad de Harasta, más al oeste, y también capturaron la ciudad de Misraba, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
A partir de este avance, personalidades cercanas a los rebeldes, que habían rechazado cualquier negociación, dieron el primer paso para dialogar con las tropas sirias bajo intermediación con el objetivo de permitir una posible evacuación de los civiles que han quedado bajo las tropas sirias.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, señaló que las negociaciones para las evacuaciones de varias ciudades continuarán este domingo.
«Se podría tomar una decisión en cualquier momento para Hammuriyeh, Jisreen y Saqba», dijo el jefe del Observatorio, Rami Abdel Rahman.
En los últimos años, el régimen ha recuperado varias áreas alrededor de Damasco de los rebeldes mediante la persecución de feroces ofensivas militares que culminaron en acuerdos de evacuación.
Pero Faylaq al-Rahman, la facción de la oposición que mantiene a Hammuriyeh, negó que estuviera participando en conversaciones.
Por otra parte, el Observatorio, grupo que sigue la evolución de la guerra civil de Siria, comunicó que más de mil civiles han muerto en ataques realizados por las fuerzas gubernamentales contra el bastión de la oposición en Ghuta.
El gobierno del presidente Bashar al-Assad parece estar decidido a continuar con las operaciones militares hasta que recupere todo el control de la región próxima a Damasco, la capital siria.
La administración intensificó su ofensiva militar a mediados de febrero con el apoyo de Rusia y ha retomado más de la mitad de la zona.
El grupo que vela por los derechos humanos detalló que mil 99 personas, entre ellas 227 niños, fallecieron en las últimas tres semanas y que más de cuatro mil 300 han resultado heridas.
Por primera vez desde inicio de la ofensiva del régimen, hace tres semanas, ayer pudo entrar un convoy de ayuda humanitaria, con comida y escasos suministros médicos, ya que las autoridades sirias habían confiscado el 70 por ciento de los mismos.
Trece camiones del Comité Internacional de la Cruz Roja, en colaboración con la Media Luna Roja y la ONU distribuyeron comida: dos mil 400 paquetes, suficientes para poder vivir 12 mil personas durante un mes.
Y lo hicieron bajo las bombas, que no han cesado de caer pese a la resolución de la Naciones Unidas, de finales de febrero, reclamando un alto el fuego de 30 días, y la tregua humanitaria decretada por Rusia, principal aliado de Damasco.