9 de agosto de 2018
México .- Nadia tiene 26 años de edad y la voz clarita, es originaria de la región mixteca, en Oaxaca, ella escribe poesía desde los 17, la lee en ponencias, la exhibe, la disfruta, la enseña a los niños pequeños, muy contrario a su madre, quien durante muchos años se tuvo que esconder para hablar en lengua mixteca, en las esquinas, bajito, sólo con sus amigas y sin que nadie la viera.
La joven escritora creció en San Quintín, Baja California, lejos de Oaxaca y de sus raíces, a veces escuchaba a hablar “raro” a su madre y cuando la cuestionaba sobre su manera de hablar recibía negativas o un “seguro escuchaste mal”, a los ocho volvió a su tierra natal donde su madre le confesó que portaba la lengua mixteca; así, junto con sus abuelas, y ya luego su madre, aprendió a tejer las palabras en mixteco.
Doña Alejandra, la mamá de Nadia, fue discriminada en la educación básica por hablar mixteco, su maestro la obligaba a hablar en español, idioma que ni ella ni muchos de sus compañeros dominaban por lo que abandonaron la escuela, refiere Nadia.
“Ella me contó la historia de racismo y discriminación que vivió, no terminó su educación primaria porque aprendió a hablar español a los 15 años, incluso para dejarla ir al baño le decían que hablara en español, como no dominaba la lengua, como sufrió muchos maltratos decidió ya no ir a la escuela”.
“No quería que les hicieran el feo”, explicaba Doña Alejandra a su hija, quien le hablaba desde su lugar de persona discriminada por su manera de hablar, ahora, “es la que está en primera fila, escuchando mis poemas en mixteco, orgullosa de su lengua natal”, sonríe Nadia.
“Todos nuestros originarios han pasado por una historia de discriminación, por eso hay esa negación de decir soy indígena y hablo una lengua indígena”, explicó la joven escritora en entrevista con Notimex.
Su aspecto dulce es contrario a las letras que emanan de su pluma multilingüe, sus letras están llenas de despedidas, de los silencios de las mujeres de su linaje, del amor a la tierra, con ellas ganó concursos como el Premio Cenzontle 2017, con su poema Ñu’u’ Vixo – Tierra Mojada.
En la actualidad, Nadia López es pedagoga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se dedica a perfeccionar sus letras y mostrar a los niños la importancia de conservar las raíces de los pueblos indígenas mediante su lengua; además, participará en la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales, del 9 al 12 de agosto próximo, en el Centro Nacional de las Artes.
“Hay varios obstáculos, soy mujer, soy indígena, soy migrante y soy joven, entonces el mundo de las letras es complicado para todos, creadores en español y en lenguas indígenas porque todavía no hay una política de apoyo real a creadores de cualquiera de las lenguas, a mi lo que me ha tocado es tocar muchas puertas”.
Las letras de la joven escritora, sin embargo, han recibido apoyos por parte del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y la Fundación para las Letras Mexicanas que se han dado cuenta de que México es un país en el que conviven muchas maneras de expresión y de lenguajes.
“México es un país multilingüe y un país en el que no solo se habla español sino que se hablan otras 68 lenguas más y es necesario voltear a verlas porque nos dan identidad de los que somos y si un día se pierden, ojalá nunca pase, se va a perder no solo una forma de escuchar sino todo un mundo”, puntualizó con la misma sabiduría y seriedad de una abuela sabia.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación de 2017, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía precisó que 20.3 por ciento de la población indígena manifestó haber sido discriminada en la provisión de servicios, en la calle o con familiares y 29.2 por ciento declaró al menos un incidente de negación de derechos como la atención a servicios médicos, apoyos de programas sociales y atención en oficinas de gobierno en los últimos cinco años.
Además, 40.3 por ciento consideró que ha vivido alguna situación de discriminación por ser originario de una comunidad indígena; 49.3 por ciento opina que en su país los derechos se respetan poco o nada y para 20.9 por ciento la falta de empleo es una de las problemáticas que enfrenta el grupo social al que pertenece, en tanto que 16.1 considera que es la falta de recursos económicos.