14 Agosto de 2020
México.- Al cumplir un año en prisión, la exsecretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, escribió una carta en la que acusa que se encuentra encarcelada «porque me llamo Rosario Robles. También porque soy mujer».
«Hoy cumplo un año de estar privada de mi libertad injustificadamente. La venganza de unos, la cobardía y el silencio cómplice de otros, y una procuración de justicia selectiva me tienen aquí», señala el texto difundido por la también extitular de la Sedatu.
Robles Berlanga, quien se encuentra vinculada a proceso por el delito de ejercicio indebido de servicio público, señala en su texto que se le acusa «de una omisión (que no de corrupción) que no merece prisión, se han violado mis derechos al debido proceso y a la presunción de inocencia».
En su misiva, la también exjefa de Gobierno del entonces Distrito Federal, dice que «a quienes se les ha acusado de delitos más graves se les respetan sus derechos, y a los delincuentes del crimen organizado se les ha dejado flagrantemente en libertad».
Señala que la quieren borrar por abrir espacios y pelear por los derechos de las mujeres.
«Quieren borrar una vida entera de lucha por mejorar nuestro país, y por abrir espacios y pelear por los derechos de las mujeres. Quieren borrar mi historia, anularme, silenciarme. No es la primera vez. A mujeres que se han atrevido a subvertir el orden patriarcal se les ha condenado; se les ha mandado a la hoguera o a la guillotina, se les ha obligado a vestirse de hombres para ser reconocidas o confinadas a un convento. Miles han sido asesinadas por su pareja; a otras nos mandan a la cárcel para excluirnos, borrarnos».
En su texto, Rosario Robles dice que, aunque a veces se siente desolada, piensa en que lo su caso no es nada «frente al duro hecho de que más de 55 mil familias mexicanas están de luto y abandonadas en su dolor, que muchos tienen hambre, que cientos de miles se han quedado sin trabajo y que muchas madres tendrán que optar entre trabajar para darle de comer a sus hijos o quedarse en casa para hacerle de maestras o cuidadoras porque el Estado ha delegado en ellas lo que es su responsabilidad».