28 de octubre de 2018
Ahora sí que, si de polarización política por venir hablamos, lo ocurrido apenas ayer del anuncio de que el dictador venezolano Nicolás Maduro aceptó ya la invitación para asistir a la ceremonia de toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como presidente, al arranque de diciembre próximo, es apenas una muestra de lo que pudiéramos atestiguar en los seis próximos seis años, la “punta del iceberg”, pues…
El sólo hecho de que apenas confirmarse la versión difundida horas antes, vía Twitter, por el próximo titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, sobre la referida visita, las redes sociales (literalmente) ardieran, y que no sólo miles de ciudadanos de toda condición social y/o económica deploraran la presencia aquí del impresentable depredador de Venezuela sino, también, la participación de dos expanistas de reciente paso por la primera magistratura —Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa— llamando al ahora mandatario electo a la prudencia y a no poner en riesgo el inicio de su gestión, constituyen la mejor evidencia de lo mencionado.
Y esto, en virtud de que a juzgar por lo que se ve, parecería que sólo en el entorno del tabasqueño, para no hablar de él mismo, se ignora o no se entiende que traer al dictador Maduro a nuestro país no sólo enviaría una pésima señal (política) a la comunidad internacional
al inicio de su gestión, dado el probado talante antidemocrático y represor de aquel, sino que, además, implicaría una suerte de bofetada a la población de la sufrida nación sudamericana.
La polarización que se anuncia, entonces, no es cosa menor ni deben desdeñarse sus previsibles consecuencias.
Y para muestra, otra, basta explorar en redes sociales, también, para toparse con la estúpida y reveladora exaltación que —“si bien comprensible viviendo de quien viene…”— hiciera del venezolano el (también) impresentable ¿diputado? Gerardo Fernández Noroña que, amén referirse a aquel como su “gran amigo y soberano presidente”, lo presenta como “un ejemplo de todo lo que se debe ver al momento de decidir políticas y pelear contra el imperialismo represor”.
Es verdad, y ello hay que aceptarlo, que México, su gobierno, está obligado a respetar a sus iguales y que ello mismo le impide emitir juicio alguno sobre naciones y/o gobiernos en particular.
Ello, sin embargo, no le exime, y menos aún a una administración como la que prepara ahora su formal arribo al poder de evitar todo aquello que encone o, menos, confronte a la sociedad.
ASTERISCOS
*Fuerte, y coincidente con la percepción ciudadana, la visión de la magistrada presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la CDMX, Yasmín Esquivel Mossa, respeto de la corrupción e impunidad prevaleciente en el Poder Judicial de la Federación que en los comicios pasados fue evidenciada en el fracaso de la administración saliente. Voluntad política para afrontar el tema, reclamó.
*Ante su inminente relevo al frente del gobierno veracruzano, el impresentable Miguel Ángel Yunes Linares prepara una enajenación masiva de bienes, propiedad de la entidad, en favor de varios municipios por algo más de 500 millones. Entre ellos, de la Casa Agustín Lara, el Auditorio Benito Juárez y el parque infantil Cri-Cri, que, adivinó usted, irán a parar a la cartera de Veracruz puerto que ¿gobierna? su hijo Fernando Yunes Márquez.
*Siete, finalmente, serán las universidades públicas que, en demanda de mayor presupuesto para el próximo 2019 y el pago de salarios atrasados y prestaciones a miles de sus trabajadores, realizarán un paro de labores “simbólico” este lunes. Además de la Universidad Michoacana de San Nicolás del Hidalgo, las universidades autónomas de Nayarit, Oaxaca, Tabasco, Zacatecas, Querétaro y Morelos se sumarán al movimiento.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP