Miércoles 18 de Noviembre de 2020
Si no son “obras faraónicas”, ¿qué son?
De no existir investigación (conclusiva) y/o cargo específico alguno en su contra, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional detenido en Estados Unidos desde octubre y contra quien hoy la Fiscalía norteamericana retirará toda imputación y posteriormente repatriará a México, vuelve como un hombre libre y en pleno ejercicio de sus derechos. Ni más ni menos…
Ello, al menos, es lo que es dable presumir a la vista del comunicado conjunto difundido la tarde-noche de ayer por el Departamento de Justicia estadunidense y la Fiscalía (carnal) General de Alejandro Gertz Manero, que mañana mismo, apenas toque suelo mexicano, deberá esclarecer la situación legal del septuagenario militar, a quien, tras su detención en el aeropuerto de Los Ángeles, se vinculó con el crimen organizado y hoy, sin explicación suficiente, es repatriado para ser procesado aquí…
Dudas y cuestionamientos sobre el hecho se multiplicaron apenas conocerse éste. Y esto porque, si bien apenas se difundió la noticia el secretario Marcelo Ebrard Casaubon, de Relaciones Exteriores, se apresuró a tipificar el hecho como “un acto de respeto a México y al Ejército”, lo cierto es que, en cuestión de minutos, redes sociales y espacios mediáticos se congestionaron con toda suerte de versiones y especulaciones que, cuidado, movieron a analistas y especialistas “militares” a recordar casos de actualidad, como son los de los impresentables Emilio(s) Lozoya y Zebadúa.
¿En verdad Estados Unidos, su gobierno (saliente), decidió entregar al general, al que decía que investigaba desde 2014, a cambio de nada? ¿Percibió que no contaba ni podría hacerse ya con pruebas suficientes para imputarlo? O, ya en México: ¿Cienfuegos vuelve por voluntad propia o como parte de un acuerdo entre gobiernos? ¿Lo hace en calidad de sospechoso, de testigo protegido o cualquier otra figura que le permita enfrentar un eventual proceso en libertad? ¿Qué pasa con el contenido de la investigación que, presuntamente, la fiscalía de Estados Unidos entregó a la Fiscalía (carnal) apenas el 11 de noviembre último? ¿Presionó el (ahora empoderado) Ejército para que su extitular fuera repatriado?
Éstas y muchas más preguntas sobre el tema son las que ahora están siendo planteadas aquí y allá, en prácticamente cuanto espacio de poder existe en México, a nivel social y que exigen una respuesta clara…
ASTERISCOS
* ¡Vaya duro revés! el que, vía la suspensión de la aplicación del Acuerdo por el que la Sener intenta frenar la transición hacia el uso de energías limpias, propinó la Suprema Corte de Justicia a Rocío Nahle, la impulsora de la construcción de la refinería de Dos Bocas; un proyecto, por cierto, “muy poco limpio”. Punto para el federalista Francisco García Cabeza de Vaca…
* Parecería que —a juzgar por lo asegurado ayer por la cuestionada Irma Eréndira Sandoval respecto a que la pandemia del coronavirus vino “como anillo al dedo…” al gobierno a 4T— en éste no basta la “lealtad ciega” para quedar bien con el gurú máximo, sino que, ahora, también hay que ser una suerte de replicador de sus consignas y/o puntadas. Ufff…
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.