De naturaleza política
01 de Febrero de 2017
De concretarse, como parece acabará ocurriendo, su anunciada gira por las ocho o diez ciudades estadunidenses donde, se estima, se concentra el mayor número de migrantes (legales y/o ilegales) de origen mexicano, Andrés Manuel López Obrador volverá a validar, en los hechos, aquello de que como reza el popular refrán, y lo hace con atino: ¡más sabe el diablo por viejo… que por diablo!
Pretender ignorar lo que de (políticamente) atinado tiene la pretensión del cuestionado fundador y (único) dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), sería tanto como querer cerrar los ojos ante lo que hoy es inocultable y, de cumplir su pública proclama, lo será aún más a su regreso de la Unión Americana: que es él —“desde su acendrado y explícito populismo antisistémico”— y nadie más, quien lidera las proyecciones hacia la sucesión del presidente Enrique Peña Nieto.
Y esto, porque es por demás evidente que el tabasqueño no cruzará la frontera norte ni visitará Los Ángeles y San Francisco, Chicago, Nueva York, o Laredo y El Paso, con el exclusivo propósito de reunirse con las comunidades de connacionales y, vía la unión de su voz a las de quienes, de antemano, repudian las discriminatorias propuestas de Donald J. Trump, garantizar que sufragarán en su favor en las presidenciales del 2018 sino, esencialmente, para impactar desde allá al electorado nacional que, ni duda cabe, valorará en mucho la ruidosa y sin duda justa defensa que de los paisanos y sus derechos realizará… ¡donde son amenazados!
Ello, obvio, independientemente que durante su estadía en Manhattan, por ejemplo, haga presencia ante la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) o en alguna otra instancia global para impugnar ante ellas las políticas del nuevo mandatario norteamericano y, eventualmente, urgirles a actuar para detener las mismas. Una foto ahí, sólo una imagen, le sumará un cúmulo de sufragios en la cada vez más próxima elección.
Del efecto (positivo que para su causa) tendría una eventual prohibición para ingresar a Estados Unidos, o alguna confrontación con autoridades de ese país por participar en los actos programados, mejor ni hablamos.
La apuesta es ganar-ganar, ni más ni menos. Y ello, en los hechos y más allá de mostrar su largo y retorcido colmillo… en asuntos electorales, no hace más que evidenciar la decisión del cuestionado López Obrador de aprovechar cuanta oportunidad le ofrezca la coyuntura política nacional o internacional, para hacer de su tercera participación en una elección presidencial la definitiva.
Hoy, aceptémoslo (y actuemos en consecuencia) no son pocas las cosas que se estánalineando con su propósito…
ASTERISCOS
* Impugnada aun antes de su instalación formal, a la carrera, la llamada Constituyente capitalina finalizó el trabajo de elaborar una propuesta que, no acaba aún de ver la luz, y ya genera protestas. Ayer, organizaciones sociales —Ciudad Posible de José Luis Luege, Red Familia de Mario Romo, la UNPF de Consuelo Mendoza y el Frente Nacional por la Familia, entre otras— exigieron a Miguel Ángel Mancera, su principal beneficiario político, someter el cuestionado texto a plebiscito.
* Luego de que un alto número de comunicadores y analistas, legisladores de todas las formaciones, empresarios y la Iglesia misma se posicionaran en su contra, el presidente Enrique Peña Nieto promovió una controversia constitucional contra el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) del castillejista Gabriel Contreras Salinas por abrogarse facultades propias de Ejecutivo y Congreso en la elaboración de sus criticados Lineamientos para la Defensa de las Audiencias.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.