3 de junio de 2018
Constituido, en los hechos, el frente bilateral “antiTrump” México-Canadá en respuesta al frontal embate que en contra de ambas naciones enderezó, el viernes, el (emocionalmente inestable) mandatario de Estados Unidos, nada parece hoy más en riesgo de colapso que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e, incluso, la eventual conclusión en lo que resta de 2018 del proceso de renegociación-modernización ahora en suspenso…
Y esto, no sólo por la inaceptable gravedad —“en cuanto que proveniente de un gobierno socio, supuestamente) amigo…”— del atentado que contra la economía de los países citados representó la imposición de aranceles a las exportaciones de acero y aluminio por parte del gobierno de Donald Trump, sino, más, por la previsible reacción (irascible) de éste ante la convenida respuesta que ante él han tenido igual el presidente Enrique Peña Nieto que el primer ministro Justin Trudeau.
Previsible, valdría decir, como lo fue su reacción de ayer mismo en el sentido de “advertir” sobre la conveniencia —“ya mencionada tiempo atrás a manera de amenaza…”— de dejar atrás el acuerdo comercial de corte trilateral sobre el que hoy se conversa, para dar paso a tratados bilaterales entre su administración y la de quienes hoy, al parecer cuidadosamente coordinados, lo confrontan desde la Ciudad de México y Ottawa.
Al interior del gobierno federal, en el ámbito de las secretarías de Economía, de Ildefonso Guajardo Villarreal, y Hacienda, de José Antonio González, lo mismo que en Relaciones Exteriores, de Luis Videgaray Caso, particularmente, el seguimiento del referido frente y de las reacciones que el mismo está suscitando en el ánimo del titular en la Casa Blanca, es objeto de un puntual seguimiento con el fin de evitar errores que, en un momento determinado, pudieran escalar el actual diferendo a niveles indeseables.
Habrá que estar atentos pues, a la evolución del asunto específico de los aranceles, primero, y luego del curso que tome la relación con el gobierno de Washington, en virtud no sólo del efecto desequilibrante inmediato que en el ámbito de nuestra economía y variables financieras específicas —la relación peso-dólar, el crecimiento y la captación de inversión extranjera, por ejemplo— pueden tener no pocas de sus medidas, sino, en esencia, de su impacto de mediano y largo plazo en el marco de la relación bilateral, primero, y trilateral considerando a Canadá.
Es ésta una cuestión de negociaciones y, diría alguno, de “endurecer la pierna” sí, pero también de ganar tiempo y de restañar heridas…
ASTERISCOS
* Tras destacar que media docena de encuestas, las últimas, lo ubica ya como segundo en la puja por el gobierno capitalino, el priista Mikel Arriola se proclamó como el único capaz de liderar una eventual coalición por la Ciudad de México y descartó que pudiera serlo la perredista Alejandra Barrales, una candidata, dijo, “cuestionada por su riqueza inexplicable… y porque la suya es una izquierda igual a la de Morena, en términos de resultados de gobierno”.
* Ante el (supuesto) inminente abordaje por parte del Tribunal Electoral federal de algunos de los casos “más calientes” ahora en sus manos, el de Miguel Ángel Mancera–Damián Zepeda, entre otros, a nadie pasó desapercibido el dictamen en que, el miércoles, se ordenó al PAN reponer el proceso de un candidato indígena a diputado… ¡por violar su propio estatuto!
*Nada bien parecen andar ahora las cosas en Guanajuato donde, ante la manifiesta incapacidad de las autoridades responsables, el panista gobernador Miguel Márquez al frente de todas, el crimen organizado sigue sembrando el miedo entre la población y asesinando agentes: seis (desarmados) el viernes en Salamanca y cerca de medio centenar a nivel estatal, en lo que va del año…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP