Domingo 29 de Marzo de 2020
Al margen de consideraciones de otra índole, lo cierto es que ante la tardía —“nula hasta hoy”— respuesta del gobierno federal ante el generalizado reclamo de que defina y ponga en operación medidas fiscales que ayuden a atemperar al menos los previsibles efectos negativos de la crisis del coronavirus en la economía del “pueblo bueno” sí, pero también en la de miles de empresas o negocios menores, sólo una docena de gobernadores, surgidos de la oposición todos ellos, ofrece opciones ahora a la referida exigencia social.
Apenas el viernes, a la misma hora que el embajador estadunidense Christopher Landau invitaba a ciudadanos y turistas de su país a abandonar México, el “independiente” Jaime El Bronco Rodríguez, de Nuevo León, el priista Miguel Ángel Riquelme, de Coahuila, y el panista Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas, urgieron a avanzar, de manera coordinada con los estados y otros actores de la sociedad —empresarios de manera especial— por la ruta marcada, al tiempo que anunciaron acciones que, por lo pronto, todos ellos pondrán en marcha en sus estados.
Antes, gobernadores tales como los priistas Claudia Pavlovich, de Sonora, y el potosino Juan Manuel Carreras, los panistas Mauricio Vila, de Yucatán, y Carlos Joaquín, de Quintana Roo, o el emecista jalisciense Enrique Alfaro, aportaron también a la búsqueda de soluciones a una problemática que, si bien todos parecen compartir, al más alto nivel del gobierno de la 4T simple y sencillamente o no saben cómo abordar o peor, ignoran cómo hacerlo.
Hablamos, para citar algunos ejemplos, de la definición de aportes económicos extraordinarios a la pequeña y mediana empresa formal, principal generadora de empleo; de la posposición o reducción en el cobro de impuestos determinados o la agilización de procesos y/o permisos a las mismas; de la implementación de medidas orientadas a salvaguardar la salud de la ciudadanía y apoyar a los grupos más vulnerables —como nuevas propuestas adicionales a las ya existentes, se entiende— o, también, la garantía a sectores tales como el turístico o el restaurantero que, en el brevísimo plazo, ya hoy, están siendo severamente afectados por la contingencia sanitaria generada por la irrupción del COVID-19.
Parecería necesario pues, urgente, que tanto el Ejecutivo a nivel federal como sus homólogos estatales, y los alcaldes de las principales localidades al menos, coordinen acciones en busca de una eficiencia que, hoy por hoy, se antoja no sólo necesaria sino, perdón, indispensable si de verdad se quiere evitar un daño mayor a México. Ya hay ejemplos, sólo hay que adecuarlos a la realidad nacional y, al margen de consideraciones ideológicas dominantes, asumirlos y ponerlos en marcha.
Revertir la irracional decisión de frenar un proyecto productivo de mil 400 millones de dólares —con 60% de avance— en Mexicali, con base en una ilegal consulta patito podría ser un buen comienzo…
ASTERISCOS
* Digna de encomio, sin duda, la decisión de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), que preside José Luis Rodríguez Aguirre, de sumar a las campañas ciudadanas que en aras de mantener debida y verazmente informada a la sociedad sobre la evolución de la pandemia del coronavirus vienen realizándose.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.