Domingo 22 de Marzo de 2020
Rebasado de manera más que evidente por la desatendida irrupción de la pandemia del coronavirus que dejó ya dos víctimas mortales y 251 casos de contagio confirmados, el gobierno federal –el de “la Cuarta Transformación” para ser puntuales– parece haber optado, hasta el momento al menos, por endosar a la sociedad civil el diseño y difusión de una estrategia de respuesta ante la pandemia y, más, la implementación de la misma.
Nada mejor que atestiguar el intenso activismo desplegado por miles, millones de mexicanos que, en los últimos días, vía las “benditas” redes sociales –Twitter y Whatsapp de manera relevante– para confirmar que el liderazgo en la respuesta a la crisis está ahora en la ciudadanía y que es a través de aquellas que se ha conseguido imponer ya la convicción de sumarse a una suerte de “aislamiento social” voluntario, en tanto que el primer nivel de la administración central mantiene una actitud de supuesto pasmo ante el problema que amenaza agravarse al paso de las horas.
Una situación de pasmo y/o explícito desinterés que, en opinión de no pocos, está siendo alentado por la imposición de criterios según los cuales es más importante centrar la atención gubernamental en evitar una profundización mayor de la ya grave situación que enfrenta la economía nacional para la cual las expectativas más optimistas apuntan ahora a un crecimiento anual de entre 0.0 y 0.5%, antes que velar por la salvaguarda de la seguridad (sanitaria en este caso) de la población general.
Tal es la situación, incluso, que igual gobiernos estatales emanados en su mayoría de la oposición política, y alcaldes por su parte, han optado por avanzar en el anuncio y puesta en marcha de acciones orientadas a atender las necesidades de pequeños y medianos empresarios y/o comerciantes, pero sin dejar de insistir en la urgencia de que la población acepte recluirse por un tiempo al menos –quince días según los cálculos más optimistas– si es que en verdad se quiere poner un freno a la cada vez más acelerada expansión que viene mostrando la infección afortunadamente no grave en la mayoría de los casos, de un número de ciudadanos ahora difícil de calcular.
Igual la gobernadora de Sonora (Claudia Pavlovich) que sus pares de San Luis Potosí (Juan Manuel Carrera), Quintana Roo (Carlos Joaquín), Yucatán (Mauricio Vila) o el Edomex (Alfredo del Mazo) entre otros, que alcaldes como el potosino Xavier Nava, el neoleonés Miguel Treviño, María Eugenia Campos de Chihuahua o el meridense Renán Barrera podrían aportar ideas y/o acciones adoptadas ya en sus respectivos ámbitos y con el concurso de la sociedad.
Se tata de unir esfuerzos y cerrar filas en la adopción de medidas realistas y efectivas, valientes, para avanzar en la solución del problema y no de seguir confrontando…
Asteriscos
* Sin duda revelador, por cierto, que tras publicar en su cuenta de Twitter que “después de haber pasar unos días con calentura, escalofríos, tos y dolores de cabeza me hice la prueba del COVID-19. Salió positiva. A partir de hoy comenzaré con rigor los protocolos de salud”, Javier López Casarín, uno de los más cercanos operadores de Marcelo Ebrard Casaubón en Relaciones Exteriores haya optado por borrar todo, sin ofrecer explicación alguna.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.