Miércoles 1 de septiembre de 2021
CDMX: lo que faltaba, ¡golpeadores!
No en el mejor momento de su gestión es verdad, a la vista la ineptitud y falta de criterios e ideas (propios) de la casi totalidad de sus colaboradores más cercanos, sin logros concretos en materia de gobernabilidad y desarrollo y lo peor, en medio de una crisis estructural que un día sí y otro igual cuestiona a los más de 30 millones de mexicanos que en 2018 le otorgaron su voto, Andrés Manuel López Obrador rinde hoy su Tercer Informe (oficial) de labores e inicia la segunda mitad de su mandato.
Luego de prácticamente tres años en Palacio, visiblemente cansado e irascible, en plena radicalización ideológica y por voluntad propia ¡solo!, el tabasqueño arranca ahora sí, literal, que contrareloj, el periodo de concreción de proyectos y consumación de reales o supuestos logros del gobierno de la 4T, una administración que más allá del discurso poco nada tiene para presumir.
Una etapa que irremisiblemente concluirá con su salida del cargo y su personal sometimiento al juicio de la historia y peor, de la sociedad…
- Ya en cuanto regresiva entonces, López Obrador debe informar hoy sobre la situación real en que más allá sus cada vez más irrisorios otros datos se encuentra el país, y la forma en que pretende resolver o paliar al menos los efectos de las cuatro grandes crisis que a la fecha laceran a la población: salud, economía, seguridad y violencia y perdón, la de naturaleza social —división y confrontación de la población— alentada desde el mismísimo púlpito presidencial.
Una crisis sanitaria, que merced de la absurda cancelación del Seguro Popular para imponer el ineficaz Insabi derivó en el fallido y falaz manejo de la pandemia, un creciente número de ciudadanos al margen los servicios más elementales de salud o en la falta de fármacos para niños con cáncer u otros males, otra de índole económica que más allá sus promesas de crecimiento del PIB a un ritmo de 4% anual —y 6% al cierre del sexenio— reporta siete trimestres con caídas, pérdida de empleos y el desmesurado aumento, en millones, del pueblo “bueno y sabio” en situación de pobreza y pobreza extrema, una más de seguridad y violencia que tras la imposición de la ridícula política de abrazos y no balazos mantiene en vilo a la sociedad y, producto o no de los pasados comicios, la llamada “franja del Pacífico” y/o un tercio del territorio bajo control del crimen organizado y sin lugar a dudas, insistamos, la que se alienta cotidianamente desde Palacio y se concreta en la abierta confrontación entre mexicanos…
Y todo esto, al margen, la supuesta guerra a la corrupción que sólo alcanza a sus opositores, la retórica mañanera contra éstos y más allá de toda proporción, su personal confrontación con los medios que, guste o no al titular del Ejecutivo, no hacen más que cumplir con la tarea que les es propia.
Procedamos a atestiguar, pues el término de la primera mitad de un gobierno fallido a juzgar por los datos a la vista, los de manera cotidiana ofrece la terca realidad y la apertura de la segunda que, si somos honestos, se vislumbra igualmente compleja y retadora, poco esperanzadora sin duda…
Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.