Domingo 25 de julio de 2021
Presidente: deje la farsa y aplique la ley, pide MRM.
Prácticamente al mismo ritmo que el país, todo retorna a “colores” cada vez más intensos de riesgo. Merced a la consolidación de la innegable tercera ola de la pandemia, el gobierno evidencia su propósito de ir adelante en la incipiente reactivación de la economía —vía la apertura, ahora, del sector educativo— aun a costa de acrecentar el peligro de contagio de miles, millones de mexicanos, los más jóvenes e infantes incluidos…
En las últimas semanas, en efecto, ha sido el propio gobierno federal el que, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, ha emprendido una agresiva campaña mediática orientada a posicionar el discurso de que nadie se beneficiará tanto con la vuelta a las aulas, como los millones de estudiantes de primaria y secundaria que debieron abandonarlas ante el fundado temor que desde un primer momento alentó en padres de familia, maestros y la sociedad entera, la agresividad de covid-19.
Tal es la decisión oficial de avanzar en ese sentido que, definido ya el regreso a clases presenciales al inicio del próximo ciclo lectivo, el tabasqueño advirtió el jueves apenas que “el incremento de casos no debe ser utilizado como pretexto para evitar el retorno” y, ayer, en Veracruz, estableció que “llueve, truene o relampaguee”, el reinicio de clases se dará a finales de agosto, sin aludir siquiera al insistente reclamo de especialistas y padres de familia de no forzar las cosas y esperar a que el proceso de vacunación, que a la fecha reporta 27.16% de ciudadanos mayores de 18 años inoculados, avance.
Ante el difícil escenario, llamó la atención el anuncio de una docena de gobiernos estatales de que, a contrapelo del anuncio del Ejecutivo, serán las autoridades sanitarias, en su caso, quienes habrán de tomar la decisión de cuándo volver a las aulas por lo que, establecieron, las clases a distancia continuarán al arranque del siguiente ciclo. Baja California, Chihuahua, Nayarit, Guerrero, Michoacán, Hidalgo, Durango, Quintanas Roo, Tamaulipas, Nuevo León, Campeche y Colima fueron los signatarios de tal postura.
Todo ello, entonces, más la cada vez más evidente necesidad de la 4T de consolidar el proceso de reactivación económica que, si bien avanza, no parece hacerlo al ritmo que se quisiera o requiere, y la inocultable urgencia de acrecentar los actuales niveles de captación y disponibilidad de recursos para financiar sus políticas “clientelares”, asistenciales, perdón, mueve a pensar que tras el reiterado reclamo de retorno a las urnas se oculta la necesidad (oficial) de imprimir un mayor dinamismo a la diezmada movilidad social, con los beneficios implícitos que es previsible prever.
La interrogante, insistamos, sigue siendo si ello habrá de darse aun a costa de elevar al riesgo de muchos.
asteriscos
* A más de uno, por cierto, llamó la atención la inexplicable decisión de la sumisa regenta Claudia Sheinbaum de aceptar cambiar de amarillo a naranja el “semáforo” epidemiológico para la capital, ¡pero sin endurecer ni adoptar medida adicional alguna para buscar una reducción de casos! ¿Es en serio?.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.