16 de septiembre de 2018
Mañana, cuando de manera formal quede instalado el primer Congreso de la Ciudad de México, sus integrantes de extracción morena, en su mayoría, buscarán imprimir mayor celeridad a la elaboración del ya iniciado diagnóstico de la (compleja) situación inmobiliaria existente en la capital con miras a posibilitar, en una segunda etapa, avanzar en la investigación y eventual encauzamiento legal de un buen número de anomalías denunciadas sobre el punto y, también, en la revisión y reforma de la legislación vigente sobre la materia.
Y ello, a decir de quienes más cerca operan ya de Ernestina Godoy Ramos, la designada coordinadora de la fracción lopezobradorista y segura presidenta de la Cámara, en razón de las múltiples denuncias que sobre el particular, en campaña, recibieron tanto los futuros diputados como la futura jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, con la que, previsiblemente, la mayoría legislativa —42 de 66 diputados— confían trabajar de manera coordinada.
Hablamos, se entiende, de una problemática particularmente sensible para la ciudadanía que, ante el poco cuidado —“por no decir irracional e invasivo…”— auge de desarrollos inmobiliarios en zonas específicas de la capital —Benito Juárez, Coyoacán, Álvaro Obregón, Tlalpan y Miguel Hidalgo, de manera destacada—, ha generado no sólo la natural molestia de los vecinos ante la falta de control sobre las obras y, en no pocos casos, la obvia violación de la ley, sino, más grave, el deterioro en la calidad de muchos de los servicios que estos reciben: agua potable, servicios eléctricos (luminarias), seguridad, vialidades, etc.
Huelga destacar que, al margen de la urgente necesidad existente de que la autoridad regule de manera efectiva y con pleno apego a la ley este tipo de desarrollos, la premura en atender el tema que ahora exhiben los próximos miembros del primer Congreso capitalino, los más identificados con el manejo (“clientelar”) de grupos en apoyo al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su dirigencia en la metrópoli, así como de sus aliados de Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT), no parece ser del todo ajeno a la posibilidad de hacerlo con la intención de posicionarse políticamente tanto al nuevo órgano legislativo como, claro, al gobierno de la Ciudad y al federal, además de sus contrapartes a nivel alcaldías, once de las 16 para ser exactos…particularmente, ante la inminencia del primer aniversario de los sismos del 19 de septiembre.
Ello, obvio, al margen de la significación que avanzar en la solución de demandas como las mencionadas pudiera acarrear en lo que a control y/o apertura de alternativas de “diálogo y negociación” con alcaldes ajenos a sus filas —un panista, un priista y tres perredistas— en razón de que si el fenómeno que ahora nos ocupa creció y se salió incluso de control en la forma en que ello ocurrió, fue durante la gestión de personajes miembros del Revolucionario Institucional, el Partido de la Revolución Democrática y Acción Nacional, particularmente en Benito Juárez en el último de los casos.
De concretarse, dicen quienes junto con especialistas trabajan el tema, el asunto resultará particularmente “explosivo”, dados los muchos nombres y/o personajes del recientísimo pasado capitalino a nivel jefatura de gobierno y/o delegacionales —“no más de 6 o 9 años…”— que, con absoluta seguridad, serán mencionados y, en una de esas, hasta podrían resultar implicados…
ASTERISCOS
* Pasadas las fiestas patrias, por cierto, el trabajo legislativo a nivel federal deberá asumir una nueva dinámica producto, entre otras cosas, de la distribución e instalación de las diversas comisiones en San Lázaro y en el palacete de Reforma; la mayoría de ellas encabezadas por diputados y senadores afines al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP