25 de marzo de 2018
Algo no parece ir del todo bien al interior de la campaña de Por México al Frente cuando, a juzgar por la mal disimulada molestia y en opinión de no pocos de quienes rodean a su candidato, sus más cercanos, fueron dirigentes de las fuerzas que integran la antinatural alianza los que más presionaron u optaron por la autodesignación a un cargo, por vía plurinominal, al Legislativo —“con garantía de fuero, claro”— en lugar de apostar todo al triunfo por el que supuestamente trabajan y, en su caso, sumarse al futuro gobierno.
Casos como el de Damián Zepeda, presidente en funciones de Acción Nacional —“encargado de despacho en realidad”— y seguro senador a partir de septiembre que, dicen, gusta presentarse como el más anayista entre los anayistas, son los que mayor molestia generan entre una militancia que, huelga recordar, fue desplazada de la posibilidad de arribo a una curul en aras de beneficiar “a quienes aceptan sin chistar…” o a personajes ajenos al partido, pero “con quienes se hicieron acuerdos” no del todo claros.
Ello, claro, independientemente del cúmulo de versiones y/o rumores que tales designaciones alientan entre militantes o simpatizantes y que, en el caso citado, apuntan igual a que “ante una eventual pesquisa existente en su contra, en Sonora, requería de fuero…” o, en el extremo, a que dada la composición de la lista plurinominal, por ejemplo, y en virtud de que en ella no existía “gente de su total confianza”, el candidato (Ricardo Anaya) optó por incluir en ésta a quien, desde su coincidencia y coordinada actividad en San Lázaro, en la pasada Legislatura, se convirtió en su principal operador…
Ni qué decir, en el mismo sentido, del sentimiento “de rabia contenida” —y mal disimulada resignación, agregaríamos— que entre los más altos niveles de Movimiento Ciudadano provoca la nueva autodesignación del cuestionado Dante Delgado o la inclusión en su respectiva propuesta de la exsecretaria de gobierno en la Ciudad de México, Patricia Mercado, quien es asumida como cuota a pagar por aquél al Frente, a cambio de garantizar el contar con la mayor bancada naranja de la historia en San Lázaro o en la sede senatorial.
La controversial y, según algunos, hasta ilegal inclusión de Miguel Ángel Manceraen las listas pluri del PAN es otro de estos casos que, más que satisfacción o reconocimiento hacia quienes los construyeron, tienden a convertirse, lo es ya según no pocas voces panistas y hasta algunas del sol azteca, en problema, dada su tipificación como posiciones entregadas a cambio de beneficios específicos (para el candidato en este caso) y/o de naturaleza poco transparente.
Es verdad, y hay que decirlo claro, que el fenómeno no se presenta sólo al interior de la alianza electoral suscritas por Acción Nacional con el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano; aunque, también es obvio, es en éstas latitudes donde más ruido y consecuencias está teniendo, sobre todo en el ámbito blanquiazul pues, se afirma, “no es algo a lo que estuviéramos acostumbrados u obligados a aceptar y a aplaudir… como ocurre ahora”.
ASTERISCOS
* ¡Vaya reveladora (del ánimo prevaleciente) y sin duda justa defensa!, la que de sí mismos, de soldados, pilotos y marinos hicieron los secretarios de Defensa y Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón, al rechazar que se les acuse de criminales, represores, cobardes, desleales o traidores. Ello, luego de que el presidente Enrique Peña Nieto reiterara lo ya dicho: Que las Fuerzas Armadas “no pidieron salir a las calles a combatir…”.
* Digna de mención, a decir verdad, la más reciente campaña de la Coparmex de Gustavo de Hoyos Walther, en aras de tipificar el fortalecimiento del Estado de derecho como la verdadera prioridad nacional: Requerimos de mejores leyes, mejores instituciones y mejores funcionarios públicos, asegura… ¡y no le falta razón!
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP