2 de junio de 2017
De manera por demás inexplicable, como advertimos aquí de manera reiterada, el mancerismo representado por perredistas liderados por Leonel Luna y panistas afines al impresentable Jorge Romero en la Asamblea acabaron, “en ánimo de preservar sus (cada vez más escasas) áreas de poder e influencia”, traicionando espíritu y letra de la recién promulgada, aunque no aún vigente, nueva Constitución de la Ciudad de México y, de paso, colocaron al cuestionado Miguel Ángel Mancera en una situación por demás comprometida…
Esto último, no sólo por la pobre exhibición de pragmatismo y desprecio por la democracia que el miércoles ofrecieron sus incondicionales en la diputación local sino, esencialmente, porque ahora deberá ser el jefe de Gobierno, nadie más, quien valide una legislación de orden secundario —la Ley de Alcaldías en este caso— que contradice de manera evidente lo expuesto en la Carta Magna confeccionada por él y los suyos y que, en el supuesto de (finalmente) participar en las presidenciales del 2018, pretenden sea presentada como su mayor logro… en cuanto que garantiza al capitalino, de manera plena, el goce de derechos políticos, en un entorno de democracia.
Ocurre que, si bien el artículo 53 de la nueva Constitución plantea que los integrantes de los Consejos que acompañarán a quienes, ya como alcaldes, gobernarán en las actuales delegaciones serán electos “por planilla”, también ordena que aquellos deben representar una circunscripción territorial e, incluso, ordena al Instituto Electoral dividir las delegaciones en circunscripciones para los efectos… todo lo cual fue ignorado por la mayoría en la Asamblea para optar por una antidemocrática fórmula elección de carro completo para garantizar que quien gane una alcaldía se haga, de manera automática, con 60% de las posiciones en el Consejo.
Es verdad que el ordenamiento está aún pendiente de publicación y que, interrogado sobre los señalamientos hechos al mismo, fue el mismo Mancera, doctor en derecho, quien se comprometió a revisarlo a detalle e, incluso, a devolverlo al legislativo de no satisfacer plenamente las exigencias de un análisis jurídico riguroso; sin embargo… También lo es que, ya publicado, seguirá siendo impugnable por un número determinado de diputados locales, por los partidos o, incluso, por quienes en su momento, en 2018, deberán competir de acuerdo con lo que el mismo establece.
Ahora que, al margen de maniobras y/o actuaciones orientadas a corregir desvíos, lo cierto es que desde una perspectiva democrática, lo aprobado el miércoles contradice de manera frontal el supuesto propósito de la nueva Carta Magna de avanzar en la conformación de “gobiernos de proximidad” para optar por opciones centralistas, contrarias al deseo ciudadano de elegir con su voto a sus autoridades y concejales en este caso.
Duro golpe éste pues a la letra sí, pero, más aún, al espíritu de la Constitución que, desde un primer momento, ha querido ser vendida como un ordenamiento “de vanguardia”….
ASTERISCOS
* Si bien no es más que un primer paso en la dirección correcta, la decisión del Congreso jalisciense de avalar la iniciativa #SinVotoNoHayDinero del independiente Pedro Kumamoto, que vincula al número de votos recibidos los millonarios recursos que el erario (estatal en este caso) entrega —“a cambio de nada…”— a los partidos, debe ser calificada como histórica. A nivel federal, diputados de todas las fracciones evitaron avanzar en tal sentido… ¿puede usted creerlo?
* De no ser una mala broma, habría que decir que la interpretación que está dando su dirigencia nacional a la decisión de la candidata a la gubernatura de obsequiar piezas de pan en algunos de sus últimos actos de campaña, no es precisamente la mejor… no, cuando en medio de carcajadas, quienes la impulsaron e impusieron recuerdan aquello de que las penas, con pan son buenas…
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP