12 de agosto de 2018
Apenas recibió la constancia de mayoría que lo acredita como ganador del proceso electoral pasado y, en consecuencia, como presidente electo, Andrés Manuel López Obrador detonó el proceso a merced del cual, a finales de septiembre próximo, a decir de sus allegados, deberá definir el nombre de quienes, en calidad de secretario de la Defensa Nacional, uno, y de Marina, otro, habrán de sumarse a su gabinete.
Hasta entonces, valdría aclarar, en razón de que, igual de parte del tabasqueño y de quienes con él trabajan en la evaluación de perfiles y selección de personajes para alguno de los principales cargos de la próxima administración sexenal, por parte del mando de las Fuerzas Armadas, nada se autorizó avanzar en materia de transición, sino hasta que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se pronunciara, como ocurrió ya. Ello, a decir de las partes, por simple respeto al protocolo y a las instituciones involucradas.
Será, entonces, hasta las próximas semanas cuando, conforme a la tradición, el tabasqueño recibirá las propuestas de generales de división (diplomados de Estado Mayor) y almirantes en activo susceptibles de ser considerados para el cargo que, previa reunión con el actual titular de Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda, y Semar, Vidal Francisco Soberón Sanz, o entre representantes de aquél y estos en su caso, comiencen a darse pasos hacia la definición de los futuros titulares de las estratégicas y, sin duda, emblemáticas dependencias federales.
Hablamos, valga comentar, de un proceso ni fácil ni rápido, que igual deberá considerar la capacidad académica y preparación, experiencia en puestos de dirección (en campo y administrativa), la salud, incluso, de todos y cada uno de quienes, en un momento determinado, estén en posibilidad (y disposición, quiero pensar) de alcanzar el comando de las Fuerzas Armadas que, huelga mencionar, seguirán cumpliendo un rol importante, trascendente a la vista de la situación existente en la lucha contra el crimen organizado y la (ofrecida) recuperación de la seguridad pública.
Es verdad que en algún momento de la campaña, incluso, tras su arrollados triunfo en las presidenciales, el propio López Obrador llegó a mencionar al general Audomaro Martínez Zapata y al vicealmirante José Manuel Solano Ochoa como “cercanos” a él y que ello movió a muchos a pensar que uno y otro irían a encabezar la Defensa Nacional y la Marina Armada de México, sin considerar que ni uno ni otro son elegibles para el cargo —por el hecho de estar en situación de retiro, entre otras cosas—, amén de la (supuesta) explícita convicción-decisión del propio presidente electo, y quienes con él colaboran, de cumplir de manera puntual y estricta con todos y cada uno de los protocolos aplicables…
Ni Solano, entonces, ni Audomaro irán al gabinete presidencial en calidad de secretarios, aunque, huelga decir, ambos estarán cerca del tabasqueño cumpliendo labores de asesoría y/o cuidado del mismo.
ASTERISCOS
* Revelador, el que tanto el fracasado excandidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés, como su alfil, el dirigente de turno, Damián Zepeda, aprovecharan la sesión de Consejo del blanquiazul para enviar mensajes al candidato ganador de los pasados comicios: Que ofreció reunirse con él, el primero, y el segundo, que no tiene aún el PAN relación institucional alguna con AMLO y los suyos. Ternuritas… ¿tan urgidos están?
* Lo dicho: El Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua validó el proyecto presentado por el magistrado César Wong Meraz que revocó la constancia de mayoría extendida en favor del moreno Javier González Mocken y otorgar la victoria (reelección) al independiente Armando Cabada, en la puja por la alcaldía de Ciudad Juárez. La dirigencia de Morena informó ayer mismo que impugnará la decisión y, en su caso, pedirá repetir la elección…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP