2 de septiembre de 2018
Concluidos ya, de manera formal, los trabajos de la LXIII Legislatura federal y, obvio, el gozo de fuero por parte de sus 628 integrantes, la atención y mirada de no pocos comenzaron a dirigirse hacia el impresentable priista Carlos Romero Deschamps, exsenador, a quien propios y extraños identifican como el “objetivo ideal y primero” de la campaña anticorrupción que, a manera de bandera de su gestión por iniciar, enarbolan Andrés Manuel López Obrador y sus más cercanos.
Y esto, no porque se piense que el “lanzamiento” de la referida campaña requiera de una suerte de golpe de mano del mandatario —un quinazo que de entrada la próxima titular de Energía, Rocío Nahle (inexplicablemente) descartó— para tomar impulso o, menos, que le falte un chivo expiatorio que la justifique, sino, a decir verdad, porque sólo para quien no desea ver la escandalosa corrupción del dirigente del estratégico Sindicato de Trabajadores Petroleros desde la década de los noventa (1993), es imperceptible…
Más, cuando al amparo de la anunciada cruzada anticorrupción de la próxima administración han surgido o cobrado (nuevo) impulso dos movimientos antiromeristas al menos que, con (supuesto) apoyo informal al interior de Morena y el entorno del tabasqueño, consideran, estar hoy en condiciones óptimas para remover y, eventualmente, indiciar y hasta sancionar penalmente a su dirigencia que, un día sí y otro también, exhiben supuestas o reales pruebas de sus ilegales excesos.
Es verdad, y eso hay que destacarlo, que si bien en más de una ocasión el tabasqueño y sus más fieles han hablado de amnistía y de que la próxima administración sexenal no alentará cacerías de brujas, tanto aquel como sus más cercanos, han dejado en claro que aquello del “perdón sí, no olvido” aplicará para quienes han ofendido a la sociedad por sus acciones delictivas, ello no ocurrirá igual en el caso de los corruptos que, amparados en posiciones de poder, han acumulado fortunas exorbitantes.
Es por eso entonces que el nombre y la permanencia o eventual retiro —indiciado o no— de Romero Deschamps y los suyos son no sólo objeto de atención por parte del venidero régimen sino, incluso, motivo de consideraciones de índole política-política.
En breve, más de lo que se cree, muchas de las interrogantes existentes ahora tendrán respuesta.
ASTERISCOS
* Vía el titular de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, que, prácticamente sin protocolo, entregó ayer su VI Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto dio ayer un paso más hacia la culminación de su gestión sexenal que, huelga decir, él mismo comenzó a concretar apenas conocerse los resultados de los pasados comicios.
* En frente el contrario, el antinatural impulsado por los fracasados Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, panista él, ella perredista, los deslinden y reacomodos siguen. Ahora, la secretaria de Igualdad de Género del sol azteca, Rogelia González advirtió que, al margen la opinión de sus otrora aliados, ellos irán por legalizar la práctica criminal del aborto a nivel nacional.
* Por si algo faltara para seguir evidenciando el fiasco que fue Por México al Frente —aunque muchos panistas insistan en presentarlo como “acierto”— el impresentable Dante Delgado anunció que diputados y senadores del Movimiento Ciudadano, que lo son por el apoyo de azules y amarillos, están listos para sacar adelante reformas impulsadas por Morena.
* Interesante reflexión, sin duda, la del mandamás en Coparmex, Gustavo De Hoyos quien, tras recordar que en abril de 2017 el riesgo de ruptura definitiva de la estratégica alianza trilateral que implica el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en agosto pasado la negociación quedó cerrada a nivel bilateral, y continúa el diálogo con Canadá, el tercer socio.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP