26 de Julio de 2020
43,374 muertes ya… y Ana Lucía
por falta de medicamentos.
De confirmarse las versiones que circulan entre quienes se mueven en el entorno más cercano a Andrés Manuel López Obrador y afirman conocer, literalmente, hasta sus pensamientos más personales, la “puesta en escena” que con la mirada en 2021 se diseñó y termina de ser montada ahora en “sets” de Palacio y de la Fiscalía de Alejandro Carnal Gertz, se encuentra prácticamente a punto.
Luego de que, en efecto, en un operativo digno de mejor causa —acusado de corrupción y la comisión de al menos tres delitos graves—, quien habrá de cargar con el protagónico de la obra fuera traído desde una prisión española a un hospital privado de primerísimo nivel en la Ciudad de México, donde ahora descansa y “ensaya” sus diálogos, su principal impulsor y responsable de posicionarla en el ánimo popular antes aun de su formal estreno, y su cuestionado director-productor, dan los últimos toques a la misma.
Nos referimos, claro está, al montaje de la zaga oficial anticorrupción que, alentada desde el más alto nivel del gobierno, con miras a apoyar la campaña de sus candidatos en el próximo año, tendrá por actor estelar al justiciero Emilio Lozoya Austin quien, a cambio de no pisar la cárcel ni verse obligado a declarar ante la justicia mexicana, parece haberse comprometido ya a decir lo que sabe sobre las incuestionables fechorías realizadas por él y otros desde la campaña y durante la gestión de su exjefe y (ex)amigo Enrique Peña Nieto e, incluso, cuanto pueda ayudar (al régimen) a “dar color y a cargar los dados…” en la trascendental elección federal por venir, particularmente si sus dichos involucran a opositores partidistas del régimen.
Hablamos, pues, de un montaje con fines político-electorales que, a la vista de lo que hasta ahora se conoce, bien podría concluir con la exoneración de uno de los iconos de la corrupción durante el pasado sexenio vía la tradicional práctica de “echar tierra” a los asuntos que se le imputan —“previa liberación y/o devolución de bienes incautados”, se entiende— y evitando la filtración de cuanta información pudiera involucrar a encumbrados funcionarios ahora redimidos, como ocurrió ya en casos de un pasado más lejano como el de Manuel Bartlett o, más acá, el de la afortunada titular ¡de la Función Pública!, Irma Eréndira Sandoval, y su socio (inmobiliario), John Ackerman, por sólo citar los casos más relevantes ocurridos durante la 4T.
Corrupción e impunidad, pues, y el supuesto o real combate a una y otra por parte del gobierno serán el tema a desplegar mediante la autoridad en las próximas campañas, con miras a intentar conservar la ventajosa posición de la que goza hoy en el Congreso federal, en una veintena de legislativos locales y ganar un sinnúmero de alcaldías y media docena más de gubernaturas…
ASTERISCOS
* Frontal como acostumbra ser el indefendible gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, salió al paso de versiones y, tras ser difundidas imágenes en las que se le ve jugando en un casino de San Diego, confirmó haber ganado al menos 2,000 dólares esa noche.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.