24 de agosto de 2018
Nunca, ni cuando hace poco menos de un año decidió renunciar a más de tres décadas de militancia activa y abandonar las filas de Acción Nacional ni, menos, cuando tras comprobar la inexistencia de condiciones de mínima equidad democrática para, en su condición de candidata presidencial independiente, obtener un resultado (medianamente) satisfactorio, Margarita Zavala Gómez del Campo pensó que su carrera política hubiera terminado.
Siempre, en contraste, igual en octubre de 2017 que a mediados de mayo último en que, primero, acosada por Ricardo Anaya Cortés y los suyos debió a abandonar el otrora partido representante de las derechas o, dirían, “de la gente decente…” que cada vez (ahí) se extraña más, por no reconocer ya en él ni los principios ni los valores que animaron su fundación y el compromiso y/o simpatía de millones de mexicanos que, después, al dejar la campaña previo el segundo debate entre presidenciables, externó su público compromiso de mantenerse en la lucha por la recuperación de aquellos…
Hoy, horas antes que, frente a 200 de sus seguidores más fieles, dé a conocer la Asociación Civil (AC) “con clara vocación política…”, según sus propias palabras, a través de la cual reinicia su andar por la arena política, la expanista parece tener más que claro que, a la vista la profundísima crisis de congruencia por pérdida de valores y asunción de prácticas antidemocráticas (promovidas desde la dirigencia) que vive el blanquiazul en particular y, más, el grave reto que para todos representa el arribo del próximo gobierno, nada es hoy más importante que revitalizar o, mejor, dar forma a una opción que, desde el humanismo trascendente, promueva valores esenciales: libertad, justicia y equidad entre otros y, al propio tiempo, aliente la recuperación del proceso de optimización de nuestra (imperfecta) democracia y de una cultura cívica y política que privilegie la construcción del bien general, el bien común, sobre el beneficio personal y/o de grupo que es lo que se privilegia ahora…
Una Asociación Civil (AC) entonces —“pero no Política (AP), por lo pronto, que conste…”— que, apenas formalizarse con la participación de arranque de sus más cercanos, deberá emprender un gran esfuerzo de reflexión con miras a definir si, en el último tercio del año, darán el paso hacia la conformación de un nuevo partido político que, ni lo dude, obtendrá entre los miles y miles de decepcionados panistas sus primeros apoyos masivos si, como prevén los que saben, deciden avanzar en la búsqueda del registro oficial ante el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova Vianello, —que supondría contar con el apoyo de algo más de 70 mil adherentes y la realización de 20 asambleas estatales con más de tres mil asistentes o 200 distritales— con miras a participar ya, en el supuesto de alcanzarlo, en las elecciones federales intermedias de 2021.
El esfuerzo, pues, está en marcha. Habrá que dar seguimiento a su evolución que, en un primer momento, se antoja esperanzadora…
ASTERISCOS
* Para nadie de la próxima bancada panista en San Lázaro pasó inadvertida, en la plenaria de esta semana, la ausencia de la activista lésbico-gay Ana Lucía Riojas a quien, literal, Acción Nacional le regaló la curul —fue sexta en la cuarta circunscripción plurinominal— a manera de pago por la “adhesión” a la fracasada coalición (anayista) Por México al Frente de Emilio Álvarez Icaza y sus afines. ¡Siguen restando, pues!…
* De mencionarse, sin duda, el histórico registro de 5,306 créditos por un total de 86.9 millones de pesos otorgados por el Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot), de César Martínez Baranda, otorgados en sólo 24 horas, el pasado miércoles 21. Algo, vale recordar, no conseguido desde el inicio de sus operaciones, en 1974.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP