¿Hasta dónde?, ¿Hasta cuando?

En medio de un escenario marcado por la creciente inseguridad y violencia impune producto de la incapacidad y/o negligencia de autoridades, el (más reciente) embate del crimen organizado —y del “no organizado” igualmente— contra profesionales del periodismo y la comunicación por un lado, y ministro de culto (en su mayoría católicos) por otro, parece encaminado a evidenciar que nadie, en las actuales circunstancias, está exento de ser objeto de ataques… ¡exista o no un motivo para ello!