13 de noviembre de 2017
Roma.- Un juez italiano ordenó hoy investigar a cuatro oficiales de la Marina Militar y tres de la Guardia Costera del país europeo, por haber presuntamente retardado las operaciones de rescate de una barcaza que naufragó el 11 de octubre de 2013 en el Canal de Sicilia y en la que murieron casi 300 personas.
El juez de investigaciones preliminares de la fiscalía de Roma, Giovanni Giorgianni, rechazó archivar las imputaciones por omisión de socorro contra los oficiales y ordenó realizar nuevas indagaciones.
El caso nació tras la denuncia presentada por Mohamen Jammo, médico de un hospital de Aleppo, Siria, que en el naufragio perdió a dos de sus hijos.
El hombre viajaba en la lancha siniestrada con su esposa y sus tres hijos y llamó con un teléfono satelital a la Guardia Costera italiana para pedir ayuda cuando la barcaza comenzaba a hacer agua.
Sin embargo, sus interlocutores italianos le respondieron que debía llamar a la Guardia Costera de Malta, pese a que según publicó el semanario L’Espresso en realidad la nave italiana Libra, de la Marina Militar, era la más cercana al lugar del hundimiento.
En particular L’Espresso dio a conocer “escuchas”telefónicas en las que la central operativa de la Guardia Costera italiana pedía a la comandante de la “Libra”, Katia Pellegrino, a “esconderse”, con la excusa que eran los malteses quienes debían socorrer a los naufragos.
En el accidente murieron 268 personas, en su mayoría refugiados sirios, entre ellos los hijos de Jammo, de seis años y nueves meses de edad.