23 de agosto de 2017
Tal como advirtió desde un primer momento y se pretendió desestimar al más alto nivel oficial, federal y estatal el explosivo crecimiento del entorno de inseguridad y la violencia en “paraísos turísticos”, otrora apacibles, cobró finalmente factura ayer cuando, sin más, la Casa Blanca decidió incluir destinos como Cancún, La Riviera Maya, Chetumal y/o Ciudad del Carmen, Los Cabos y La Paz, o Acapulco claro, en su alerta de riesgo de viajes a México más reciente.
En concreto, la advertencia del gobierno de Donald Trump a sus connacionales refiere a siete estados específicos: Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Colima, Guerrero, Quintana Roo y Veracruz, entidades todas donde el turismo, en especial el extranjero, representan si no el principal, sí uno de los principales soportes de su economía… y de la nacional, obvio, que lo ubica como su más importante fuente de divisas, la segunda en el peor de los casos.
“Los ciudadanos —dice el documento— deben estar alerta (en virtud de que) de acuerdo con las estadísticas del Gobierno de México, el estado de Quintana Roo sufrió un incremento en las tasas de homicidio comparado con 2016” para, luego, explicitar, que si bien la mayoría de estos homicidios fueron aparentemente perpetrados contra miembros del crimen, “durante las batallas por el control de la plaza, tuvieron como consecuencia el aumento de la violencia en áreas frecuentadas por turistas. Ha habido balaceras en las que civiles inocentes fueron heridos o murieron”.
Una referencia cruda y sin duda agresiva que, amén de tener más o menos sustento en la difícil realidad que se vive hoy en la entidad gobernada por el expriista, panista ahora, Carlos Joaquín González, vuelve a encender todas las alertas respecto del consistente avance que la violencia criminal, al igual que la inseguridad y, en consecuencia, los delitos del fuero común incluso, continúan mostrando aquí y allá.
Un diagnóstico que, vale insistir, debiera forzar a los tres niveles de gobierno, a autoridades federales y estatales responsables de la seguridad en concreto, al Legislativo en lo que le corresponda y al Poder Judicial, a cerrar filas en aras de revertir tal situación y avanzar hacia la consolidación de un entorno mucho más estable…
A la vista del inicio del penúltimo periodo ordinario de sesiones del Congreso federal, último en la práctica, la atención de asuntos como los que se refieren debieran ser la prioridad, como debieran serlo también para quienes se afanan por alcanzar posiciones de poder, la Presidencia y nueve gubernaturas estatales incluidas, en 2018, porque, seguir avanzando por la ruta como lo hacemos ahora, no parece vaya a conducir a México hacia un destino deseable… ¿O sí?
ASTERISCOS
* A invitación del senador Juan Carlos Romero Hicks, una misión de 26 congresistas y 25 empresarios de Arizona que signará con el Senado un convenio de colaboración en materia laboral, educativa y comercial, liderada por Tony Rivero, presidente de Asuntos Internacionales de la Cámara de Representantes, arribó ayer al país. Se reunirán con Luis Videgaray y, ya en plan turístico, visitarán Guanajuato.
* Al que obra mal, (dice el refrán) se le pudre… y eso, precisamente, es lo que parece estar ocurriéndole a Graco Ramírez quien, el lunes, atestiguó cómo la Corte desechó su propuesta de ampliar de cinco a 12 años el requisito de residencia exigible a quien aspire a sucederlo… un cambio orientado a frenar el avance del PES-tricolor Cuauhtémoc Blanco.
* ¡Vaya cara dura!, perdón, la de Gerardo Ruiz Esparza quien, invitado a gritos a renunciar por la negligencia e incapacidad mostradas para evitar situaciones como la del socavón de Cuernavaca, que dejó dos muertos, se limitó a sugerir que “no se busque un responsable político”, y que “no es momento de dejar el barco”, lo que eso signifique…
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP