De naturaleza política
01 de Marzo de 2017
Las siguientes 72 horas, entre hoy y el viernes próximo, a decir de analistas privados y dirigentes empresariales, serán clave en la definición de la política a seguir frente al aún novel gobierno de Donald Trump en Estados Unidos que, si bien mantiene el tono agresivo de su discurso antimexicano, no parece estar encontrando en la población y, menos, en no pocas de las instituciones norteamericanas —“que allá si tienen peso propio y lo hacen valer…”— respuesta esperada a las más de sus propuestas.
Y esto, porque si bien hasta el momento de entregar esta colaboración no se tenía aún la claridad debida, todo apuntaba a que durante su comparecencia, anoche, ante el Congreso, el cuestionado republicano debió trazar las líneas rectoras de su gestión y, más específicamente, de su política antiinmigración, fiscal y de carácter económico-comercial, en lo referente a una eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte —NAFTA, por sus siglas en inglés— de manera específica.
Serán así entonces los tres o cinco días venideros, el reducido plazo en que, más allá del discurso, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y los titulares de Relaciones Exteriores (Luis Videgaray Caso), Economía (Ildefonso Guajardo) y Hacienda (José Antonio Meade Kuribreña) de manera puntual, con apoyo de las comisiones senatoriales especializadas, expertos y representantes del sector privado, deberán definir las líneas rectoras de la relación bilateral que nunca en las últimas décadas había enfrentado retos mayores a los que ahora está planteando laAdministración Trump.
Serán días determinantes en que, huelga destacar, la promocionada unidad nacional deberá concretar en colaboración y voluntad para delinear y adoptar los mejores criterios teniendo al país en la mira… ¡nada hoy, diría alguno, justificaría la imposición de criterios y/o políticas que, eventualmente, redunden en perjuicio de México y de su población!
Hablamos, para dejarlo claro, de que ni los protagonismos o la disputa de reflectores —“como por momentos ocurrió ayer en el Senado…”— ni los afanes personales de actores o grupos que aspiran a posicionarse en aras de conseguir una u otra posición política ni los intereses partidistas o, ni siquiera, los potenciales beneficios a favor de un grupo económico-financiero, sector o ramo industrial y/o comercial en particular, deberá anteponerse al bien superior del país.
Suena a retórica, pero la apuesta que, sustentada en una auténtica unidad gobierno-sociedad, se haga ante la agresiva postura del aún novel mandatario de Estados Unidos, no puede tener más ganador que la comunidad nacional…
ASTERISCOS
* Dura prueba espera hoy en San Lázaro al titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio quien, ante miembros de la Junta de Coordinación Política, deberá defender la propuesta oficial de mantener al Ejército fuera de sus cuarteles… hasta que gobernadores y alcaldes (indolentes) garanticen seguridad en sus respectivos territorios.
* Ahora sí que, nada parece funcionar ya en el interior del perredismo de Alejandra Barrales quien, apenas iniciar la semana, atestiguó cómo, en los hechos, otro de los suyos, nada menos que el coordinador de su fracción senatorial, Miguel Barbosa, “saltó del barco que se hunde” para garantizar lealtad y apoyo a Andrés Manuel López Obrador… aunque, claro, ¡sin dejar el PRD y, menos, su jugosa posición!
* Equivocada, a decir de los más, la estrategia de la asambleísta Cynthia López Castro de cimentar su intento por alcanzar la presidencia del tricolor capitalino, en el ataque y desacreditación de todo aquel que no apoye su ambiciosa pretensión como, en su momento, hizo con el también diputado Adrián Rubalcava.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.