26 de noviembre de 2017
Previo el más reciente cónclave partidista que tuvo en el emblemático Auditorio Nacional su momento estelar, Andrés Manuel López Obrador se las habría ingeniado para “participar” a los responsables de la estructura territorial de Morena, los 32 presidentes estatales en concreto, su personal preocupación ante la posibilidad de que uno o muchos de ellos pudieran estar pensando dejar su actual posición directiva para ir en busca de alguno de los 3,416 cargos de elección popular que estarán en juego en los comicios del próximo 2018.
Todos, o casi todos los involucrados en este singular “operativo” de información-presión alentado desde el más alto nivel del Movimiento Regeneración Nacional, a decir de quienes presumiblemente lo operaron, asumieron la “sugerencia” y, más, explicitaron su convicción de que la estructura es primero, pues de ésta, de su fortaleza y capacidad de operación dependerá alcanzar la meta… “¡No podemos volver a vivir experiencias en que por falta de estructura territorial, como en 2006 o 2012, fuimos incapaces de vigilar procesos y/o de defender triunfos!”.
(Huelga decir que, a manera de excepción que confirma la regla, sólo el dirigente en la capital, el siempre polémico Martí Batres Guadarrama, fue excluido del “ejercicio” pues, en opinión de los propios operadores, “finalmente no es él, sino uno de los juniors, quien en los hechos maneja la estructura aquí”).
Lo anterior viene a cuenta porque, al margen de lo atinado de la reflexión del tabasqueño y los suyos, es por demás claro que igual al interior y en el exclusivo espacio de decisión final del tricolor, que en medio de la confusión en que ¿avanza? la constitución del antinatural engendro partidista cuya creación alientan PAN-PRD y MC, la consideración sobre la dimensión y capacidad de sus respectivas estructuras territoriales, si de ganar las presidenciales se trata, acabará influyendo en la definición de quien, finalmente, sea ungido candidato en uno u otro frente…
Al interior del Revolucionario Institucional, en particular, a la vista de la singular incapacidad de “gobernar” el partido más allá de la disciplina de muchos de sus cuadros dirigentes, de Enrique Ochoa Reza, no son pocos quienes comienzan a evidenciar que, si bien el jefe del Ejecutivo tendrá en sus manos la exclusiva decisión de designar a quien buscará sucederle en Los Pinos, es por demás claro que sólo uno de los aspirantes en posibilidad de ser ungido está en capacidad de “evitar que, como ocurrió en 2006 tras la autounción de Roberto Madrazo Pintado, el priismo de a pie ignore a su candidato presidencial…” y ese, perdón, no es otro que el mandamás en Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
No son pocos los años, finalmente, que el hidalguense ha formado en las filas del tricolor ni escasa la trayectoria que le valió ser considerado para la más alta posición en el gabinete de Enrique Peña Nieto, como no lo es tampoco la experiencia en el manejo de cuadros y de la estructura partidista, en especial, de cara a procesos electorales complicados… ¡ninguno, sin embargo, tan previsiblemente complejo como el que se avecina y vivirá su momento culmen en julio!
Es verdad que, en este espacio incluso, no somos pocos los que en algún momento hemos considerado la posibilidad de que “en caso de no ser Osorio Chong”, éste iría a la Presidencia del PRI para encabezar desde ahí la campaña del elegido… aunque hoy, a la vista lo que se sabe y comenta en su entorno más cercano, no ocurrirá.
ASTERISCOS
* A instancias de la Fundación Fernando Mora Gómez, este martes inician su visita al país David Kaye y Edison Lanza, relatores en materia de Libertad de Expresión de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para evaluar la situación prevaleciente sobre el tema y la actividad de los profesionales del periodismo. Bien.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP