20 de noviembre de 2017
A Leonor Chagoyán, exdirigente de Ancifem.
En memoria.
Encaramado en su incontrolable ambición de poder, el indefinido Ricardo Anaya Cortés, quien fracturó la endeble unidad del Partido Acción Nacional dio un paso definitivo ya para, de la mano de su socia Alejandra Barrales Magdaleno, hacer lo propio con el de la Revolución Democrática, a cuyas tribus enfrentó con su retadora afirmación de que deberá ser un panista —“él mismo, nadie más…”— quien encabece al Frente partidista —“que no ciudadano ciertamente”— que impulsan ambos con el impresentable Dante Delgado Rannauro, en la puja por la sucesión del presidente Enrique Peña Nieto.
Ello, independientemente de que todos ellos, los tres, comparezcan hoy ante el Instituto Nacional Electoral para, como anunciaron el sábado, entregar la propuesta de Plataforma 2018-2024 del engendro partidista… aunque no necesariamente, como también habían adelantado, del acuerdo de coalición Partido Acción Nacional-Partido de la Revolución Democrática-Movimiento Ciudadano que, si bien tienen listo hace no pocas semanas, rechazaron aprobar los líderes de algunas corrientes del sol azteca por presumir —“no sin razón, por cierto”— que al carecer de una definición del método de elección del candidato presidencial del Frente, el mismo no es más que una burda trampa para, en su momento, posibilitar la imposición de Ricky en la puja de cara al 2018 como, a juzgar por los hechos, parecen haber garantizado ya en el caso de Alecita, en lo que a la Ciudad de México refiere.
Haber explicitado entonces, lo que desde un primer momento le unió con la interina del interino en la dirigencia perredista constituyó un grave error del cuestionable Cerillo queretano que, como pudimos atestiguar el mismo sábado, llevó a liderazgos tales como Héctor Bautista López de Alternativa Democrática Nacional (ADN) y el mancerista Héctor Serrano Cortés del Movimiento Progresista, a condicionar el apoyo al referido acuerdo, hasta en tanto no se explicite cómo es que el Frente prevé seleccionar a su abanderado… un reclamo que, por idéntica consideración, cada uno en su oportunidad y desde su particular trinchera, vienen haciendo igual la señora Margarita Zavala Gómez del Campo en su momento, que el poblano exgobernador Rafael Moreno Valle y el jefe de Gobierno capitalino
Miguel Ángel Mancera Espinosa, entre otros.
Al grito entonces de “no a la imposición, elección abierta”, a las puertas del búnker azul de Coyoacán o en el espacioso salón de céntrico hotel que albergaba al Consejo Político amarillo, la fracturada militancia panista y perredista externaron su repudio, más que justificado, a la
pretensión de Anaya-Barrales-Delgado de reservarse la facultad de designar, autodesignarse, incluso, a quienes (ahora sí que) ¡…aunque usted no lo crea!, deberán representar igual a la izquierda institucionalizada que a la derecha tradicional.
Previsto o no por su autor, sus protagónicos autores aceptemos, el daño ya está hecho. ¿Quién, quiénes en los próximos días podrían dejar las filas de sus respectivas formaciones en caso de consumarse la repudiada imposición?, es hoy la pregunta.
ASTERISCOS
* Apenas volver del puente revolucionario, presumiblemente, el presidente Enrique Peña Nieto iniciará las últimas “consultas” de cara a quedar en posición de definir ya quién, entre José Antonio Meade Kuribreña, Aurelio Nuño
Mayer y Miguel Ángel Osorio Chong, encabezará, finalmente, al priismo en la puja por su propia sucesión. El anuncio, insisten, será el próximo lunes.
* Más que justificado, habría que decir, el espontaneo cierre de filas de toda suerte de personajes del sector privado con Televisa de Emilio Azcárraga Jean, por el homicidio de su vicepresidente corporativo de Telecomunicaciones y director general de Izzi Adolfo Lagos Espinosa. Los reclamos de acciones contra la ola de violencia no se hicieron esperar.
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP