22 de septiembre de 2017
Amén de convertirse en el revulsivo de una ciudadanía que, otra vez, dejó sus hogares para protagonizar un nuevo, ejemplar, capítulo de solidaridad, los sismos del 7 y 19 de septiembre operaron a manera de detonante del desánimo e inocultable malestar existente contra los partidos políticos, todos, convertidos en auténticas franquicias al amparo de los cuales nace, crece, se reproduce y muere… una burocracia parásita que poco o nada aporta a México o, diría alguien, a su cada vez más imperfecta democracia.
En las últimas horas, efectivamente, a la vista información según la cual la propuesta de Presupuesto de Egresos 2018 prevé un aporte de seis mil 664 millones de pesos al Fondo Nacional de Desastres (Fonden), de José María Tapia, contra los algo más de seis mil 788 millones que el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova, ofrece entregar a las organizaciones partidistas —algo más de once mil si le agregamos aportes estatales, garantizados también— cientos de miles de personas, presumiblemente jóvenes en su mayoría, levantaron la voz para exigir el redireccionamiento de tales partidas, en apoyo a los miles, millones de damnificados por sismos, huracanes, ciclones y más fenómenos naturales recientes.
Lo que en principio fue una “excelente idea…” de alguien que la difundió a través de las modernas redes sociales, se volvió pronto un clamor que, incluso, impactó frontalmente en la cúpula de los principales partidos cuyos dirigentes, el priista Enrique Ochoa Reza, el indefinido Ricardo Anaya Cortés, de Acción Nacional, y la perredista Alejandra Barrales Magdaleno, “salieron” a validar la propuesta, luego de que días antes, ellos mismos, todos, había desacreditado y criticado acremente, por supuestamente improcedente, la mediática oferta de Andrés Manuel López Obrador de destinar 20% del presupuesto anunciado para Morena, la organización de su propiedad, en apoyo de los afectados.
El propio consejero del INE, Marco Antonio Baños, hizo eco de los señalamientos contra el cuestionable Peje.
A la vista entonces de lo anterior, y ahora sí que como diría el clásico: haiga sido como haiga sido…, nada parece impedir que ahora sí, y con cargo a quien mejor convenga, sea la autoridad electoral federal la que, con apoyo del Congreso —donde supuestamente también existe disposición para avanzar en el sentido que se apunta— defina la mejor manera de “descargar al erario público”, a la sociedad entera que finalmente aporta a éste, del peso que representa mantener a una burocracia parasita que, insistamos, poco o nada aporta y, más, al financiamiento de campañas que a nadie interesan y que no hacen más que abonar al hartazgosocial existente en contra de partidos, dirigentes de los mismos y, perdón, funcionarios de prácticamente todas las extracciones y niveles de gobierno…
Habrá que ver si, pasada la emergencia, tricolores, blanquiazules, amarillos, naranjas, morenos y más, sus representantes ante el INE y en las cámaras de Diputados y Senadores, continúan formados en esta fila…
Asteriscos
* Solidario, el papa Francisco anunció ayer su decisión de realizar un primer aporte de 150 mil dólares en favor de los damnificados por los sismos (en Oaxaca, Chiapas, la Ciudad de México, Morelos y Puebla), vía el denominado Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral que, se prevé, pudiera aumentar el monto mencionado…
* Por disposición de protección civil, por cierto, al menos cuatro templos católicos debieron cerrar sus puertas aquí, merced al grave daño sufrido por los sismos y una decena más, donde éste no fue tan severo, siguen abiertos “con precauciones”. Entre los primeros está la Parroquia de la Santa Veracruz y la rectoría de San Felipe Neri, “La Profesa”, en el centro, entre los segundos.
Veámonos el domingo, con otro comentario De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP