8 de diciembre de 2017
Al igual que en ámbito del engendro partidista al que, en medio de toda suerte de desencuentros, intentaban (acabar de) dar forma, aún ayer, las dirigencias de PAN, PRD y MC, y cuando todo parecía estar “a punto” para formalizar su incorporación a la coalición electoral que impulsará la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, el comando del llamado partido-secta Encuentro Social decidió atemperar a no pocos de sus liderazgos más pragmáticos y darse “un tiempito” antes de rubricar el acuerdo.
Y esto, no sólo porque buena parte de la cúpula del lopezobradorismo —la presidenta de su Consejo, Bertha E. Luján Uranga, y un buen número de sus dirigentes estatales, entre otros— se enteró de la existencia de negociaciones con el PES a través de los medios sino, fundamentalmente, en razón de las “explícitas e intensas presiones” que, (presumiblemente) del más alto nivel gubernamental, estarían recibiendo algunos de quienes de la mano de Hugo Eric Flores Cervantes, el dirigente del partido-secta, intentan concretar la alianza con Morena… y dejar atrás sus tradicionales “amarres” con el PRI-gobierno.
Ello, obvio, al margen de que la cúpula de Encuentro Social se encuentra dividida entre quienes, con una visión más idealista, aspiran a mantener intocada su plataforma electoral, fundada en valores de corte (cuasi) religioso y los que, más que pensar en principios y/o valores, pugnan por garantizar no sólo la elemental conservación del registro en los comicios del próximo 2018 sino, incluso, avanzar en lo que a posicionamiento y conquista de posiciones se refiere, particularmente en plazas donde tienen una mayor presencia: Morelos a nivel gubernatura, o Puebla, Querétaro, Hidalgo, Veracruz y el Estado de México, en lo que a alcaldías y/o posiciones en los Congresos locales refiere o, por sólo citar un enclave más, Chiapas.
Huelga decir que, en virtud de ello, el comando del PES mantiene intocado y plenamente vigente su plan B —“ir solos, pues…”— que, de manera explícita, reactivarían la hoy (presuntamente) agotada opción de proponer al actor y activista pro-vida Eduardo Verástegui como su propuesta presidencial o, en su defecto, al cantautor para-religioso Jesús Adrián Romero… o, según algunos, alguien mucho más sorpresivo.
A la vista de tal panorama, huelga decir que entre hoy y mediados de la próxima semana, quienes forman en el partido-secta deberán asumir decisiones que, al margen de marcar el futuro de su propia organización, impactarán también el ámbito político-electoral nacional… amén de que, vale recordar, no deberá ocurrir sólo al interior del PES, sino igualmente en otras organizaciones partidistas más.
ASTERISCOS
* Punto a favor de Miguel Ángel Mancera y de su desfalleciente no partido, el PRD, la decisión supuestamente ya aceptada por PAN y MC de que el dirigente-aspirante del blanquiazul Ricardo (I) Anaya, “quien ya se jura candidato presidencial del Frente…”, deba enfrentar al jefe de Gobierno en una suerte de primarias para las que, aún ayer, no había ni reglas ni método. Ufff…
* Sorpresiva sin duda, la nominación por parte del Papa Francisco del hasta ayer cardenal arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar, como sustituto del cardenal Norberto Rivera Carrera, a quien aceptó su renuncia tras haber cumplido 75 años de edad. En el Vaticano, la operación fue acreditada al superpoderosocardenal Achille Silvestrini.
* En línea con todas las previsiones, el bajacaliforniano Gustavo de Hoyos Walther, de quien en algún momento se dijo que estaría siendo tentado por el (ahora) alfil anayista Ernesto Ruffo con la posibilidad de apostar por el gobierno de la referida entidad, fue reelecto ayer, de manera unánime, para un tercer periodo al frente de la Coparmex, el llamado sindicato patronal.
Veámonos el domingo, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP