5 de septiembre de 2017
Ciudad del Vaticano.- La Iglesia católica en Colombia afronta el “desafío capital” de impulsar una “regeneración espiritual” de un país que vive, desde hace décadas una cultura de la violencia y del narcotráfico “como ningún otro de Latinoamérica”, advirtió Guzmán Carriquiry Lecour.
En entrevista con Notimex, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina del Vaticano consideró que las causas de la violencia por el conflicto interno colombiano “no se resuelven solamente con un acuerdo de paz” si no se atacan sus raíces más profundas, como la pobreza.
A pocas horas de viajar junto al Papa, como parte de la comitiva oficial de la visita apostólica que se extenderá del 6 al 11 de septiembre, aseguró que Colombia es un país apasionante y “la sede máxima de todas las contradicciones latinoamericanas”.
Destacó su vasta biodiversidad, la variedad de sus habitantes y la geografía atormentada de su espacio vital: “Es el país del realismo mágico, de (la novela) ‘100 años de soledad’, donde aún está arraigada la tradicional cristiandad pero también donde se vive, desde hace décadas, una cultura de la violencia y del narcotráfico”.
“Es un pueblo que requiere una reconciliación muy profunda para que los acuerdos de paz, que son un paso significativo y audaz hacia la pacificación, no queden reducidos a la fragilidad, a la vulnerabilidad, a las ambiciones de poder de las familias de notables que gobiernan el país”, indicó.
Se refirió así al tratado suscrito por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que puso fin a más de 50 años de conflicto interno.
El funcionario vaticano de origen uruguayo advirtió que los acuerdos deben encontrar raíces fuertes porque la violencia no se detendrá si no se ataca la pobreza de la población, si no se atacan “con inteligencia” los amplios espacios de cultivo, industrialización y comercialización de la cocaína, y de la corrupción generalizada que eso provoca.
Por eso, estableció que la única alternativa es lograr que los caminos de paz se conviertan en un “objetivo nacional” compartido por grandes convergencias políticas y populares en toda la nación.
“El viaje del Papa es fundamental porque Colombia está en el epicentro de América Latina y por eso va a ser seguida no sólo por todos los colombianos, que le darán una acogida excepcional, sino por todos los pueblos de la región”, apuntó.
Por otra parte, según reveló la oficina de estadísticas del Vaticano, los colombianos que se declaran católicos ascienden al 93 por ciento de la población que supera los 48.2 millones de personas, distribuidas en 78 circunscripciones eclesiásticas: arquidiócesis, diócesis y otras demarcaciones.
La Iglesia católica cuenta con cuatro mil 397 parroquias en el país, dos mil 769 centros pastorales, 128 obispos, nueve mil 560 sacerdotes, mil 58 religiosos, 13 mil 874 monjas, tres mil 416 seminaristas, 33 mil 538 misioneros y 55 mil 376 catequistas.
Además, administra de diverso modo dos mil 622 escuelas maternas y primarias, mil 421 secundarias y 124 entre universidades y escuelas superiores.
Todas estas instituciones concentran un millón 695 mil 571 estudiantes. Suman 100 los hospitales católicos en todo el territorio, 120 los consultorios médicos, dos los leprosorios, 383 las casas para ancianos, menores o discapacitados, 604 los orfanatos y guarderías, 108 los consultorios familiares, 60 los centros especiales y 385 de “otras estructuras”.