10 de septiembre de 2017
Lejos aún el momento en que los diferentes partidos deberán definir, ya en serio, si van a enfrentar el proceso electoral de 2018 con sus solas fuerzas o en alianzas y/o coaliciones con otras formaciones, nada parece más evidente ahora que el creciente interés que la llamada “chiquillada” despierta en las organizaciones partidistas con mayor peso y presencia: el Revolucionario Institucional, Morena y Acción Nacional, en ese orden…
Tan real es lo anterior que, de confiar en versiones recogidas en el interior de Nueva Alianza (Panal) de Luis Castro Obregón, Encuentro Social (PES) de Hugo Eric Flores, el Verde Ecologista de México (PVEM) de Emilio, El Niño Verde,González o incluso, Movimiento Ciudadano de Dante Delgado y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que encabeza la interina Alejandra Barrales Magdaleno, “ya pactados ambos” con la (seudo) derecha, las ofertas para que se sumen a tal o cual bloque y/o frente “son en tal forma atractivas y crecientes, en el marco de las actuales negociaciones, que dan ganas de entregarse al mejor postor…”.
Y esto, en virtud de que negociaciones “con los grandes” que en un primer momento signaban el precio de una alianza en recepción de “un puñado de alcaldías o diputaciones a nivel local”, llegan ya a la oferta de gubernaturas concretas, cifras impensables de curules en San Lázaro o en el aún nuevo bunkersenatorial de Reforma e, inclusive, posiciones a nivel gabinete “si nuestro candidato llega a Los Pinos”.
La importancia de aquellos, huelga decir, estriba en que asumido ya que ninguno de los actuales partidos puede, solo, aspirar a ganar las presidenciales del próximo año, la mayoría en el Congreso o algunas gubernaturas, así como de que, por irrisorio que parezca, el logro de un determinado cargo —la conservación inclusive del registro como organización nacional y/o estatal, más los recursos que ello implica en al menos un caso de los llamados grandes— depende “de los dos, tres o hasta cinco puntos porcentuales de la votación que alguno(s) de la referida chiquillería pueda aportarme…”.
El más burdo e indecoroso intercambio de posiciones a cambio de apoyo a un candidato o formación en concreto… ¡vergonzoso espectáculo éste, para quien se precie de trabajar en política con un (relativo) afán de servicio a la sociedad o, dirían los clásicos, a la construcción del Bien Común!
Ésa y no otra, sin embargo, parece ser la realidad de nuestro espectro político donde el pragmatismo y los intereses particulares parecen haber sido colocados, de tiempo atrás sin duda, por encima del superior interés nacional.
ASTERISCOS
* Al margen los “confusos” mensajes difundidos vía redes sociales, lo cierto es que el (aún) delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, sigue jugando al misterio en lo que a su futuro político refiere, y la mejor evidencia es que, a decir los suyos, su nueva apuesta es esperar a que, al volver de España, Andrés Manuel López Obrador anuncie que Morena repondrá el proceso de selección de su abanderado en la capital, de cara a 2018…
* Tal nivel de difusión alcanzó ayer por la intencionada versión difundida sobre la (supuesta) muerte de Elba Esther Gordillo, la otrora superpoderosa líder del magisterio oficialista que, Marco del Toro, su abogado, debió salir a Medios para negar el asunto que, vale destacar, definió como “un rumor que perseguía fines perversos…”.
* Irónica e intencionada exigencia la que ayer, en el marco de la presentación del Informe de Gobierno del expriista, ahora ¿panista?, gobernador quintanarroense, Carlos Joaquín González, hizo la más aventajada entre los aspirantes a la candidatura presidencial blanquiazul, Margarita Zavala, al exigir “que tampoco en la elección del abanderado de su partido haya pase automático…”.
Veámonos aquí mañana, con otro comentario De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP