Miércoles 29 de enero de 2020
La exposición Recreaciones urbanas resume en dónde comencé con el textil y dónde estoy ahora. En 21 piezas cierro un ciclo con esta técnica. Mi bitácora de trabajo que presento ahora en el Museo Textil de Oaxaca comenzó yendo para Puebla hace unos años. Tomé una serie de fotografías del camino de la ciudad de México a Puebla por la salida de Calzada Zaragoza. Una de estas imágenes la convertí en un textil de 2.30 por 3.60 metros.
La escultora, ceramista y pintora, Paloma Torres, describe así su primera exposición de textiles. Ha conjugado diversos materiales en muestras realizadas en México y el extranjero. La artista nacida en Cuba y nacionalizada mexicana sigue narrando el origen de una pasión por el telar y el hilo: “Volteé hacia atrás mientras cruzaba ciudad Nezahualcóyotl, y pensé que era como si hubieran aventado una serie de tapices de concreto en las montañas. Veías perfectamente bien el tejido de casas y calles. Elaboré el textil Camino a Puebla. Esta pieza la vio el maestro Toledo y me invitó a producir una serie de textiles en afelpado en el taller del Casa”.
Graduada en México y con estudios en escuelas y talleres de Francia y Canadá, Paloma Torres dice que varios de los tapices que conforman Recreaciones urbanas surgieron de las fotografías que tomó durante las excavaciones para la línea 12 del Metro: Como becaria del Sistema Nacional de Creadores empecé a fotografías lo que era el estómago de la ciudad. Las excavaciones del Metro me permitieron observar cómo funciona esta ciudad en el subsuelo. De ahí hice cuatro fieltros de la Línea 12 en obra negra. Como no me considero fotógrafa traduje estás gráficas a través del hilo, de la lana, del bordado”.
Mientras estaba en el Casa, agrega, comencé a trabajar con la merma del taller, y entonces el maestro Toledo me dijo: Por qué no hacemos un trato. Usted trabaja con la merma y a cambio imparte un curso de cerámica, que es mi vocación.
De ahí Paloma Torres se fue a laborar a Teotitlán del Valle. “En el Casa me recomendaron al maestro Román Gutiérrez, que es un artista extraordinario. Trabajé ahí sobre unos grabados de planos de la ciudad de México. Eso lo traduje en telar. Los colorantes son orgánicos. Hacer textiles son proceso puro. Se teje pedacito por pedacito. Se basa uno en lo artesanal para crear arte contemporáneo. El arte para mí es una forma de vida, y en la vida todo es un proceso. Uno como las piezas de arte nos vamos haciendo cada día, nos modifican nuestro estado de ánimo y vivencias. Las piezas se hacen a sí mismas.”
Dice la creadora que en Recreaciones urbanas hay petates intervenidos, afelpados, una cerámica y una pieza en madera, una estela con hoja de otro. Se llama así porque reconstruyo mi realidad a través de los desechos que va arrojando la ciudad. Los vuelvo a imaginar y elaboro un paisaje imaginario”.
Confiesa que “el tejido me sacó mi vena de escultura. En una pieza instalada al aire libre en Londres, monté un andamio y le tejí una nube de bronce encima. Era una banca y era un cielo a la vez.”.
Esta y otras historias están implícitas en cada una de las piezas de Recreaciones urbanas que se exhibirán en el Museo Textil hasta el 18 de abril próximo, en Oaxaca, Oaxaca.